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Francisco Javier Segura, Francis en los entornos más cercanos, es un joven hispalense que encara con filosofía la entrada en la treintena. Historiador del Arte, músico, pregonero de lo pregonable, habla de su incorporación a Sevilla Actualidad.

Estos son algunos de los principales rasgos que podrían ayudarnos a describirlo para quien aún no lo conozca. Además, esta temporada será una de las firmas que se unan a la sección de Opinión de Sevilla Actualidad. Por esto mismo, hemos querido departir un rato con él, para comentar esta nueva andadura que comenzará el mes de octubre.

Sevilla Actualidad: Usted ha decidido llamar a su columna semanal ‘Rueda de reconocimiento’. ¿Puede explicar un poco el porqué del nombre?

Francis Segura: Es fácil. A todas las personas o instituciones que se han preocupado por ofrecerle a Sevilla algo más allá de su historia detenida en el tiempo, su carácter cuasi divino (que lo tiene) o su especial manera de vivir las cosas, han ido siendo colocados, mismamente, en una rueda de reconocimiento, donde se ha valorado cuánto querían o no a Sevilla y cuánto apreciaban dónde habían nacido o dónde vivían si eran forasteros (pobre de aquél que en ese caso se haya visto), comparándoles entre sí a ver quién de ellos tenía más o menos delito. Muchas veces me he sentido en esa rueda y me parece un título evocador para esta atrevida empresa.

SA: ¿Es consciente de que hay mucha gente que acudirá a esta columna queriendo encontrar al Francis cofrade?

FS: Imagino que muchos elementos de la órbita cofradiera rebuscarán con lupa a ver si escribo algo fuera de lugar, algo que no corresponda a la ‘dignidad’ que haya podido alcanzar en esa hoguera de las vanidades que arde como cualquier otra. Supongo que pasarán por aquí, abrirán SA y cuando lean que no vamos más allá de opinar y de emitir juicios sobre aspectos que tocan a Sevilla pero que no son estrictamente alabanzas a su esencia, serán cada vez menos frecuentes. Pobre de quien no entienda la diversidad informativa.

SA: ¿Y habrá mucho mundo cofradiero en su ‘Rueda de reconocimiento’?

FS: Vamos a intentar que no, sinceramente. Hay que saber deslindar lo que uno dice y escribe, a quién se dirige y quién puede extraer lo más enjundioso de aquello. Lo cofradiero, puede que en su momento tenga sitio, pero siempre de forma tangencial y con respecto a circunstancias que vayan más allá de lo estrecho de ese mundo, que aunque atraviesa de forma diagonal muchos aspectos y niveles de la ciudad, tiene ciertas lindes y estrecheces que es preciso superar.

SA: ¿Qué cree que es lo que más puede sorprender a quienes lean la columna de los viernes?

FS: Van a encontrar una voz crítica, que ya se ha cansado de alabar siempre, de ensalzar siempre. No vamos a ir con el ariete contra nadie, pero no nos dolerán las carnes de señalar con el dedo a quienes puedan ser responsables de ciertos abandonos, olvidos o errores que recaen sobre la ciudad y la hacen ser distinta de lo que su entidad requiere. Eso puede sorprender. Ah, y que no haya versos. De las columnas en romance mejor que Dios me libre, porque creo que están fuera de lugar en un medio serio de información. Son hermosas para otros foros. Pero en papel no, y si nuestro papel está en la red, en la red tampoco.

SA: ¿Qué le ha movido a embarcarse en esta aventura? ¿Algo diferente a la escritura que venía desarrollando?

FS: Tenía desde hace años intención de colaborar con algún medio de información en el que pudiera enriquecer mi trayectoria, trabajando con periodistas y opinadores de corte variado. En la ensalada no toma más sabor la lechuga del queso de cabra, sino que cada uno se aportan lo que configura la sabrosa realidad a la que aludo. Sí, era preciso algo diferente, para sacudirme el polvo del camino hecho hasta ahora y caminar, quizás embarrándome en otras cosas, por otro sendero alternativo. Nunca está de más tomar un camino que no conoces. Hay que atreverse.

SA: ¿Le gustaría quitarse alguna de las etiquetas que le han adjudicado?

FS: Sinceramente sí, porque jamás me he sentido orgulloso de esas etiquetas y percepciones externas que han ido modelando una imagen de mí bastante alejada de lo que considero que quiero ser y a lo que quiero aspirar. Lo mío no es anquilosarme en un sillón, ni en un bastón, ni en un atril ni en un balcón (lo agudo del poder). Lo mío es estar a pie de calle, confundiéndome de forma divertida con quienes ponen esas etiquetas, y SA toma cada día las calles para informar y contar lo que ocurre. Igual los de las etiquetas me las quitan o ponen más, pero quiero intentarlo.

SA: ¿Qué busca y qué espera encontrar en esta colaboración?

FS: Busco, espero y confío. Parece un canto de los antiguos. Busco renovar un poco el cajón de las letras, que necesita un shake importante. Espero que de las palabras que se junten por aquí, alguna llegue a buen puerto y haga obrar en consecuencia a los que se pongan en mi rueda de reconocimiento. Confío en que todo ello me servirá para superar barreras, porque, si algo no dejamos de hacer en esta vida, es llegar más alto.

SA: Mucha suerte compañero y bienvenido a la casa.

FS: Gracias por todo y a creer, crear y crecer, que es lo nuestro.

Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...