Paso de misterio de El Carmen Doloroso/Ángel Espínola

La lluvia dio un respiro y Sevilla pudo disfrutar de las nueve hermandades de la jornada, que aprovecharon cada metro de su recorrido para lucirse. Mucho público por las calles del Centro.

Al fin, y ya era hora, los protagonistas de ayer fueron los pasos, y no las probabilidades de lluvia. Todas las hermandades pudieron sacar su cortejo a la calle sin ningún problema. Sevilla se vistió de gala tras tres días de improperios metereológicos.

A las dos de la tarde, San Bernardo ponía su querido patrimonio en la calle. El cielo, algo nublado. Pero poco importó eso al barrió, que salió en masa para ver a sus titulares. No tuvo una buena primera chicotá el Cristo de la Salud y de ello dio cuenta el capataz del paso, que aleccionó a los suyos para que mejoraran la marcha. Si salió más elegante, con un palio con mucho oro, la Virgen del Refugio. «Señores, toca disfrutar» comentaba un acólito a sus compañeros.

A la caída de la tarde, las pocas nubes que quedaban se disipaban. El ambiente en Argote de Molina era casi de Domingo de Ramos. No cabía nadie más, y así se mantuvo hasta bien entrada la noche. El primero en subir la Cuesta del bacalao fue El Carmen Doloroso. Muchos ornamentos en el andar del paso de misterio. Tirando del izquierdo, abusando casi, y mucho juego sobre los pies. Una hermandad que crece un poquito más cada año. Nuestra Señora del Carmen llegó también con mucho movimiento en sus bambalinas, pero elegante.

La Sed sobrecoge por su humildad. Siempre sin levantar la voz, a ritmo de sus excelentes bandas de música, se mueven sus pasos. Preciosa la imagen de Santa María de Consolación, con sus ojos verde agua. Hermandad que huele a barrio.

Pero si alguien subió con garbo la cuesta camino de Francos, fue la cofradía de El Buen Fin. Su crucificado crecía a la par que las cornetas de la Centuria Macarena alcanzaban notas impensables. Muy sublime todo, menos serio de lo habitual. La Virgen de la Palma se atrevió incluso a dar unos pasitos atrás que arrancaron el ole del numeroso respetable.

Gran chicotá también la de La Lanzada por la misma zona, cuyo metro cuadrado se cotizaba ayer a precio de enorme paciencia. El paso de misterio, toda una joya, no descansó en tres marchas consecutivas de la banda de las Tres Caídas. Al palio le llovió un mar de pétalos que parecía no acabar nunca.

Más solemne fue el paso del Cristo de Burgo. Orden, seriedad, silencio, aromas. Todo ello desprende una hermandad de Centro. De las que respiran catolicismo y acallan el ambiente con su sola presencia.

Todo lo contrario hacen Los Panaderos. El paso de misterio en su andar, sobrepasa la barrera de lo patrimonial y folclórico. Es algo más: Arte. La conjunción con la banda de Las Cigarreras es completa. Las palabras de su capataz, sus imágenes, su izquierdo reposado. Emociones a flor de piel a su paso, jaleado por el pueblo.

Mientras la Virgen de Regla iba hacia su casa, estaba apunto de hacerlo también la Hermandad de Las Siete Palabras. La entrada de esta cofradía se caracteriza por una notoria ausencia de público. Aún así, el cortejo no escatima esfuerzos, y ofrece estampas de una Sevilla de otro tiempo.

También se paseó por la ciudad El Baratillo, primera aparición de El Arenal en esta Semana Santa de 2012.

Pleno Miércoles Santo, que hizo olvidar las ilusiones rotas por la lluvia días atrás. Sin embargo, todo indica a que hoy volverán los malos pronósticos y por tanto, la tónica de radio y Twitter pero seguir todo lo que ocurra.

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