Esta corta calle peatonal pertenece al barrio de San Bernardo, en el distrito de Nervión y con CP 41004 se encuentra entre las avenidas de Cádiz y la de Málaga, muy cerca por cierto de otra vía a la que tendremos que volver a no tardar, me refiero a la dedicada al metalurgista sevillano Bartolomé de Medina, famoso por haber inventado en el siglo XVI un proceso para extraer plata (Ag) de las menas del metal conocido como “método de patios” o “beneficio por azogue” entre otros nombres. Dejo aquí hasta nuevo contacto el nexo minero y vuelvo al sanitario/social/urbano que nos trae hoy y la calle bernardina rotulada en honor del médico e higienista eslovaco nacido Phillip M. Hauser y Kobler (1832-1925) y que vivió una década entre nosotros dejando cierta huella en la ciudad como bien muestran los reconocimientos que recibió.

Itinerario europeo

Nacido en una pequeña aldea, con veinte años se traslada a Viena (1852) donde estudia medicina junto a los prestigiosos maestros de la Neue Wiener Schule para, más tarde, en 1856, marchar a París y Berna a completar su formación, concluyendo en 1858 su tesis doctoral bajo la dirección de Moritz Schiff, en la que analizaba empíricamente la “influencia del sistema nervioso sobre la nutrición”. Con posterioridad ejerció en Tetuán atendiendo los sectores más desfavorecidos de la ciudad y realizando numerosas labores humanitarias y asistenciales en el seno de la comunidad judía a la que pertenecía. En 1863 regresa a Europa permaneciendo un tiempo en París donde le “recomendaron”, para contraer matrimonio, a Paulina Neuburger Oppenheimer cuya madre estaba emparentada con la esposa del barón James de Rothschild, un parentesco que le abrió no pocas puertas de las sociedades europeas.

Ya que va de apellidos, ¿habrá algún parentesco de la decimonónica con el físico teórico estadounidense del siglo XX que algunos consideran como “padre de la bomba nuclear”. Tras una estancia en Londres donde obtiene la licenciatura en Medicina por el Royal College of Physicians de Londres, una validación que le permitía ejercer en todos los dominios británicos, marcha a Gibraltar donde nace su primer hijo y permanece hasta 1872. Es el año en el que viaja a Sevilla a fin de recoger el diploma acreditativo de su revalidación de los estudios médicos en la Facultad de Cádiz, pues ya estaba decidido a trasladarse a España profesionalmente, aunque eso sí, no tenía un destino elegido.

Estancia sevillana (1872-1882)

Y fue el notable éxito como médico que, desde el principio tiene durante su breve estancia en la capital, junto a su convicción de la necesidad de estudiar la alta mortalidad sevillana en relación con las condiciones de la higiene social, los que al final determinaron su destino. Sevilla tuvo que ser. Una estancia que duró una década y en la que alcanzó fama como médico de las élites sociales, aristocracia y alta burguesía, dada su valía profesional pero también, por supuesto, los contactos sociales de la familia de su mujer. En este sentido llevaba varias cartas de presentación para personajes de la ciudad, entre ellos el marqués de Pickman, y consta documentalmente que se instaló en Sevilla con su mujer, cuatro hijos y tres criados primero en la calle San Miguel y después en la calle Laguna, ¿posibles nexos?

Claro que a la vez y en un terreno ya intelectual Hauser también conectó con los círculos de profesionales e intelectuales más liberales, progresistas y racionalistas de la capital hispalense; una conexión ésta facilitada sin duda por su condición de judío moderado poco o nada practicante y que rechazaba todo teocratismo. Precisamente en este contexto hay que enmarcar la publicación de algunas de sus obras más importantes, entre ellas Estudios médicotopográficos de Sevilla (1882) que iba acompañada de un plano sanitario demográfico de la ciudad y setenta (70) cuadros estadísticos. Un importante estudio sobre la Sevilla de esa época que además estaba prologado, nada menos, por Antonio Machado Núñez, sí el abuelo de los Machado, “el médico del gabán blanco” y el primer darwinista de España, un prohombre que ya vino a esta tribuna. (Torre del Oro, eclipse solar y Machado Núñez) (Biblioteca General Rector Antonio Machado y Núñez).

Estancia madrileña (1883-1925)

En 1883 decide abandonar Sevilla para facilitar los estudios de su hijo Enrique que acababa de ingresar en la Escuela de Minas de Madrid y nuevamente funcionaron las cartas de recomendación, que ampliaron la trama de relaciones sociales, llegando en esta ocasión hasta el propio Antonio Cánovas del Castillo, altos vuelos sin duda. Una ciudad donde permanece ya hasta su muerte en 1925, de modo que estamos de luctuoso centenario. Unas décadas en las que Hauser alterna su profesión médica con la investigación y la publicación de distintos textos entre otros ‘Estudios médico-sociales de Sevilla (1884)’, con prólogo del abogado y ministro Manuel Silvela. Ya le avisé de la altura de sus contactos. (Continuará)