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La Plaza de San Francisco es actualmente un enclave importante de la ciudad de Sevilla. No sigue los cánones de las plazas mayores que encontramos en otras capitales españolas, pero ha sido y es centro de numerosos eventos tales como ejecuciones, revueltas, manifestaciones, acontecimientos religiosos o paganos. Aunque las instituciones ajenas a la política han movido sus actos a otros espacios públicos de la capital, es un claro eje coordinador de la vida sevillana y muy transitada gracias a su conectividad con la calle Sierpes y la Avenida de la Constitución.
Hasta trece cambios de nombre
Empecemos por su denominación. Desde su construcción en el siglo XIII, la Plaza de San Francisco sí se conocía como tal en reconocimiento del Convento Casa Grande de San Francisco. La abadía fue exclaustrada y demolida en 1835 y demolido en 1840. Pero son varias las veces que este emplazamiento cambió su rotulación. Tras proclamarse la Constitución de Cádiz de 1812, se llamó «Plaza de la Constitución» en ese mismo año. El nombre original sería suprimido en otras ocasiones, pero fue impuesto de nuevo en 1820, 1835, 1840 y 1874.

Una vez el rey Fernando VII regresa de su exilio en 1814, le pone su nombre a esta plazoleta. En 1820 pasa otra vez a «Plaza de la Constitución» hasta 1823 que se nombra como «Plaza del Rey». La regente María Cristina pondrá el nombre de «Plaza de Isabel II» entre 1833 y 1836 al lugar. Volverá el apelativo de «de San Francisco» en 1835 y más tarde en 1840 hasta 1873. Durante la I República Española (1873 – 1874), la plaza se llamará «de la Libertad» para posteriormente volver a «de San Francisco».
La II República Española (1931 – 1939) impondrá la nomenclatura en 1931 a esta plaza «de la República» hasta la toma de Sevilla por las fuerzas franquistas en 1936. Durante la dictadura de Francisco pasará a denominarse como «Plaza de la Falange Española». Finalmente, una vez terminada la dictadura franquista en 1975 e iniciada la transición a la democracia, regresará el nombre de «Plaza de San Francisco» en 1980 hasta la actualidad.

La Plaza de San Francisco, corazón de la ciudad
Durante la Edad Media (siglo X y XV) y Edad Moderna (1469 – 1814) en España, fue el centro de la ciudad donde tenían lugar acontecimientos importantes. Tal es así que se contruyen allí las casas consistoriales, una vez Los Reyes Católicos conceden una nave en las Atarazanas de Sevilla a las pescaderías en 1493. La actividad política se centra en esta plazoleta. Durante toda su historia, su evolución será vigente con una profunda transformación urbanística: llegará la electricidad, el transporte público, el agua potable o el alcantarillado.

Las primeras modificaciones llegarán con las farolas de gas en 1854. Los adoquines se implantarán en 1866 y el tranvía pasará por este lugar en 1877. El adoquinado se sustituye múltiples veces hasta ocultarse bajo una capa de alquitrán entre 1967 – 1979 para poder aparcar vehículos. Cuando se derrumba el edificio franciscano en 1840, se incluyen mejoras arquitectónicas en edificios colindantes al consistorio y se derriban otros de escasa calidad. Los encargados de la urbanización en Sevilla pretendían unir así las calles Hernando Colón y Chicarreros con la Plaza de San Francisco. Otros edificios seraán permutados. Claros es el ejemplo de La Casa de los Genoveses, reemplazada en 1917 por la sede del Banco de España.

Ya en la primera mitad del siglo XX la plaza solo tendrá protagonismo durante la Semana Santa o el Corpus Christi hasta llegado 1970. Como espacio público, se peatonaliza en 1979 y es escenario de eventos y manifestaciones. Además, será relevante en el calendario festivo de la ciudad como con Semana Santa, Corpus o Navidad. El mantenimiento de todo este espacio será importante hasta el día de hoy, convirtiéndose en un espacio atractivo tanto para el sevillano como para el visitante.
