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Aunque en Sevilla y en Andalucía se esté acostumbrado a las altas temperaturas, hay que tener en cuenta que la Agencia Estatal de Meteorología usa el término ola de calor para referirse a episodios que se salgan de lo normal en un lugar determinado. Por ejemplo, que en Sevilla haga una temperatura de entre 35 o 38 grados no es extraño, pero si esta temperatura se traslada al norte de España sí que sería una ola de calor.
La última ola de calor que afectó a Sevilla sucedió el verano pasado, cuando se alcanzaron los 46 grados en todo el Valle del Guadalquivir. Tuvo lugar del 13 al 16 de agosto, y la temperatura registrada es una de las más altas registradas desde que existen registros.
La anterior ola de calor que vivió Sevilla fue en el año 2018, cuando los termómetros de toda España marcaron de media 44,5 grados, y afectó a 36 provincias, lo cual es otro de los requisitos para el término ola de calor, que afecte a varios territorios a la vez.
Antes de esa, en 2017, los termómetros de la capital llegaron a marcar los 47 grados. Ese verano se produjeron cuatro olas de calor en España, y a Sevilla afectaron dos.
En 2015, dos olas de calor azotaron España, pero no a Sevilla, ya que las temperaturas que se dieron suelen ser más habituales en el sur de la Península Ibérica. En la anterior ola de calor, en 2012, sí que afectó a Sevilla. 40 provincias españolas se vieron envueltas por esta ola de calor que dejó temperaturas de hasta 46 grados.