Antonio Guerrero Camargo, histórico empresario sevillano y fundador de Mariscos Emilio, ha fallecido este lunes 8 de diciembre a los 85 años. Su figura ha estado estrechamente ligada durante décadas al sector hostelero de la ciudad, donde su nombre se convirtió en sinónimo de excelencia gastronómica y trabajo incansable.

Guerrero Camargo fundó Mariscos Emilio —cuyo primer local abrió en San Juan de Aznalfarache en 1970—, un establecimiento que, con el paso de los años, se consolidó como referente en Sevilla y punto de encuentro para generaciones de sevillanos y visitantes. Su modelo de negocio —basado en la calidad del producto, la cercanía con el cliente y una ética de trabajo férrea— lo situó como uno de los nombres más relevantes de la restauración en la ciudad.

En reconocimiento a su trayectoria profesional y su contribución al tejido económico y social de Sevilla, el Ayuntamiento le otorgó en 2017 la Medalla de la Ciudad, uno de los honores más destacados que concede la corporación municipal.

Guerrero Camargo mantuvo siempre una estrecha relación con la vida cofrade del Barrio León. La propia Hermandad de San Gonzalo ha expresado públicamente su pesar por la pérdida. En un mensaje difundido en redes sociales, la corporación ha comunicado: «La Hermandad de San Gonzalo ruega a Dios Nuestro Señor en Su Soberano Poder por el eterno descanso del alma de nuestro hermano Antonio Guerrero Camargo que ha fallecido hoy, lunes 8 de diciembre de 2025».

El fallecimiento de Antonio Guerrero Camargo deja un vacío notable en el ámbito empresarial y en el corazón de los muchos sevillanos que, durante años, encontraron en Mariscos Emilio un espacio donde tradición, sabor y hospitalidad iban de la mano. Su legado perdurará como parte esencial de la historia reciente de la gastronomía de Sevilla.