El temporal de lluvia y viento que azotó Sevilla el pasado 29 de octubre dejó más de 115 litros por metro cuadrado en apenas 15 horas, según datos del Ayuntamiento, provocando graves inundaciones, destrozos y más de 700 incidencias en la capital. Sin embargo, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) no activó el aviso rojo por precipitaciones, algo que sí ocurrió en otras provincias andaluzas como Huelva, donde cayó menos agua. El propio alcalde, José Luis Sanz, calificó esta falta de alerta como una «sorpresa» y pidió aclaraciones sobre los protocolos seguidos.

Días después, los diputados sevillanos del PP en el Congreso —Ricardo Tarno, Soledad Cruz-Guzmán, Juan Bravo y Rafael Belmonte— han registrado una batería de preguntas al Gobierno para conocer los criterios aplicados por la Aemet durante la gestión de la tormenta. En su escrito, los populares hablan de «negligencia» e «ineficacia» por parte del organismo, y reclaman explicaciones sobre por qué no se activó el aviso rojo, pese a que, según sus datos, se superaron los 109,3 litros por metro cuadrado registrados en 1997, entonces récord histórico en Sevilla.

Por su parte, la Aemet ha defendido públicamente su actuación. En una comunicación difundida en redes, explicó que los datos de precipitaciones estuvieron disponibles en tiempo real en su web durante el episodio de lluvias, aunque una incidencia en el banco de datos climatológico impidió consultar los registros del día siguiente. La agencia subrayó que la cifra registrada oficialmente en la estación del aeropuerto de San Pablo fue de 99,5 litros, inferior a la reportada por los pluviómetros de Emasesa.

Mientras tanto, el subdelegado del Gobierno en Sevilla, Francisco Toscano, visitará este lunes 3 de noviembre la sede de la Aemet en Sevilla para mostrar su apoyo a los profesionales de la agencia y mantener una reunión con su delegado territorial, Juan de Dios del Pino Corredera, con el fin de analizar la gestión del temporal y reforzar la coordinación institucional