El próximo 29 de septiembre entrará en servicio el nuevo tranvibús de Sevilla, que unirá inicialmente el distrito Este-Alcosa-Torreblanca con Nervión. Aunque el proyecto contempla que la línea se extienda hasta la plaza del Duque, esa fase no será una realidad hasta julio de 2026. De momento, el recorrido contará con diez paradas y permitirá conectar zonas clave de la ciudad como la estación de Metro de Eduardo Dato, el tranvía en Luis de Morales, la estación de Santa Justa y el apeadero de San Bernardo. La parada de La Buhaira será, por ahora, el final del trayecto.

Durante su primera semana de funcionamiento, el acceso será gratuito para todos los usuarios. Posteriormente, el coste del billete se equiparará al del resto de servicios de Tussam. Según el delegado de Movilidad, Álvaro Pimentel, la línea pretende ofrecer una frecuencia de paso de diez minutos y una reducción significativa en los tiempos de desplazamiento. El trayecto completo entre Torreblanca y Nervión podrá recortarse hasta en veinte minutos respecto al tiempo actual.

En detalle, el Ayuntamiento estima que los vecinos de Torreblanca emplearán 28 minutos en alcanzar Nervión; desde Andalucía Residencial el trayecto se reducirá a 26 minutos; desde Fibes serán 20 minutos; desde Las Góndolas, 16 minutos; y apenas 10 minutos desde el Polígono San Pablo. Para este arranque se pondrán en circulación diez autobuses eléctricos, que cubrirán el servicio de seis de la mañana a once y media de la noche. Circularán por un carril reservado con una velocidad media de entre 22 y 25 km/h, el doble de la que alcanzan actualmente otros vehículos de Tussam.

El delegado subrayó que el tranvibús será un transporte «cómodo, ágil y útil», con capacidad para retirar hasta 400 coches a la hora de las calles. No obstante, la puesta en marcha del proyecto coincide con semanas de atascos en Sevilla Este, lo que ha generado críticas vecinales. Desde el Ayuntamiento insisten en que se están adoptando ajustes semafóricos y cambios en las paradas de autobús para suavizar la circulación durante el tiempo que duren las obras.

Pimentel reconoció los inconvenientes y pidió disculpas a los vecinos por las molestias generadas: «Todas las obras causan perjuicios y lo entendemos. Pero el acceso a la A92, por ejemplo, no ha variado pese a la reducción de un carril». El delegado recordó que cada mes de septiembre el tráfico en esa zona se complica y que, como en años anteriores, se irá «normalizando» con el paso de las semanas. «Estamos convencidos de que los vecinos lo van a utilizar mucho», concluyó.