Sevilla vuelve a estar en el centro de una nueva ola de calor. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha activado el aviso naranja por altas temperaturas en la provincia entre el viernes 1 y el lunes 4 de agosto, con máximas previstas que alcanzarán los 42 ºC y mínimas que no bajarán de los 22 ºC.
El riesgo térmico estará muy presente durante todo el fin de semana, con índices máximos de nivel 9 sobre 10. Además, el símbolo de ola de calor aparece en las previsiones de la AEMET para estos días, advirtiendo de una situación especialmente intensa.
Temperaturas previstas día a día
- Viernes 1 de agosto: mínima de 23 ºC y máxima de 37 ºC
- Sábado 2: mínima de 22 ºC y máxima de 40 ºC
- Domingo 3: mínima de 23 ºC y máxima de 41 ºC
- Lunes 4: mínima de 23 ºC y máxima de 42 ºC
A partir del martes 5 y el miércoles 6, las temperaturas seguirán siendo muy altas, con máximas de 39 ºC, aunque podría iniciarse una ligera tendencia a la baja.
Cielos despejados y vientos suaves
La situación meteorológica se caracterizará por cielos completamente despejados y ausencia total de precipitaciones, lo que dificultará cualquier alivio térmico. Los vientos, de componente sur y suroeste, no superarán los 15 km/h, por lo que no se prevé que mitiguen las temperaturas.
Recomendaciones ante el calor
El aviso naranja implica un riesgo importante para la salud, especialmente en colectivos vulnerables como personas mayores, niños y pacientes crónicos. Las autoridades sanitarias recuerdan seguir estos consejos:
- Evitar la exposición solar directa entre las 12:00 y las 18:00
- Beber agua con frecuencia, aunque no se tenga sed
- Usar ropa ligera, protección solar y sombreros
- No realizar actividades físicas intensas durante las horas de más calor
- Refrescarse en lugares con sombra o climatizados
El verano más sofocante en Sevilla
Este episodio se suma a una sucesión de olas de calor que han marcado el verano de 2025 como uno de los más calurosos de las últimas décadas. Con registros de más de 40 grados en varias jornadas consecutivas, la capital andaluza se enfrenta de nuevo a un reto climático que afecta a la salud, el consumo energético y la vida cotidiana.