Las expresiones en el mundo cofrade son muy particulares. Muchas de ellas son atribuidas a los hombres que portan sobre sus costales a los titulares de una cofradía, o bien a los propios capataces, que son los ojos que miran por donde pisan los primeros. El apodo de el «perra gorda» es popularmente conocido en la Hermandad de San Esteban, donde hace referencia a una de las figuras que están presentes en el paso de misterio del Señor de la Salud y Buen Viaje. Se trata del judío que acompaña a Cristo en esta representación de esta escena de la Semana Santa. Además, es el único que está de pie, dejando a un lado al legionario. Asimismo, el término «perra gorda» también se utilizaba para referirse a diez céntimos de peseta.
Por lo que respecta a este judío, que sale como parte de la recreación de esta escena de la Semana Santa cada Martes Santo en la Hermandad de San Esteban, fue tallado por Antonio Lastrucci en el año 1940. El resto de imágenes secundarias también son obra del mismo escultor, tal y como figura en un documento oficial del mismo autor y de la propia Hermandad. Se le conoce como «perra gorda» por su tono de desprecio e ironía, al que se le añade que tiene la mano en posición extendida, como si reclamara algo. De esta forma, hace alusión a los antiguos cobradores de impuestos de la época.
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La cuadrilla del Sentencia de La Macarena, principal propulsor
La expresión fue una invención de la cuadrilla baja de los costaleros del paso del Señor de la Salud y Buen Viaje, según fuentes consultadas por Sevilla Actualidad. Sin embargo, Rafael Lucena Monge, el que fuera secretario primero de la Hermandad de San Esteban de 2016 a 2020, además de ser hermano de la cofradía, añade que no es una expresión que utiliza el capataz del Señor, sino que es algo únicamente de los costaleros: «El «perra gorda» no es más que un recurso más que usa la cuadrilla en el estilo que tiene el paso de misterio de San Esteban a la hora de andar, pues no deja de ser un paso característico, es un recurso que usan muchas más cuadrillas».
«El principal propulsor de eso fue la cuadrilla del misterio de la Sentencia de La Macarena en la que, cuando vas andando de costero y en un momento determinado de la marcha se rompe un solo o termina la música en un punto concreto, se deja el pie derecho atrás, no se alarga con la zancada normal del costero, entonces el efecto que produce el paso es como si fuese eso, un paso atrás y arranca», añade.
«El tema de ponerlo de esa manera, de hacerlo de esa manera o decirlo de esa manera, de simplemente darle el nombre o acercarlo más a un concepto predeterminado de la hermandad, como es la imagen del «perra gorda», pues muchas de las imágenes que tenemos nosotros secundarias vienen con un mote, un apodo y en este caso el miembro del Sanedrín que va en el misterio pues tiene ese apodo», explica.
Asimismo, continúa explicando que, en San Esteban, «no es que andemos siempre con cambio, sino que estos momentos no están especificados ni pensados previamente, sino que desde abajo de la cuadrilla por parte de Mariano Falcón tenemos libertad de introducir una serie de cambios para darle más vistosidad, más espectacularidad al paso de misterio».
La evolución de la ubicación del «perra gorda» en San Esteban
Del Evangelio según San Juan 19, 2-3: «Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le vistieron un manto de púrpura; y, acercándose a él, le decían «Salve, rey de los judíos». Y le daban bofetadas». Esta es la escena que representa el misterio de la burla en la Hermandad de San Esteban.
A lo largo de la historia, el paso del Señor de la Salud y Buen Viaje ha sufrido una serie de modificaciones en la distribución de sus figuras. En un principio, el Cristo salía en solitario, en 1929. La última vez que ocurrió fue en 1940, después de que la hermandad adquiriera el paso del Cristo de la Expiración del Cachorro. Ese mismo año, se ordenó la elaboración de tres sayones y un romano a Antonio Castillo Lastrucci.
En este sentido, la primera composición del paso de misterio del Señor de la Salud y Buen Viaje fue con los tres sayones delante del titular y el romano en la parte trasera. Con el paso de los años, la hermandad tuvo dudas sobre la carencia de visión del Cristo debido a la disposición de los tres sayones que se encontraban delante de él. Esto llevó a la desaparición del «perra gorda» del conjunto en 1964. Así permaneció hasta 1980, cuando la hermandad volvió a incorporarlo en el mismo lugar en el que fue ubicado desde un principio. Por lo tanto, ante la falta de visión del Señor, fue elevado con un pedestal. Cinco años más tarde, los encargados de la priostía pusieron al sayón detrás del Señor, junto al legionario, con el objetivo de dotar de un lugar fijo a la figura sin que tapara al titular principal.
Actualmente, este popular sayón sigue procesionando con el resto de figuras como cada Martes Santo en el misterio de la Hermandad de San Esteban, siendo además una de las más conocidas dentro de la cofradía. Los hermanos ya se encuentran a la espera de poder procesionar a su Cristo en esta Semana Santa de 2025.