En el corazón del barrio de Santa Cruz, uno de los lugares más emblemáticos y con más historia de Sevilla, se encuentra un rincón con un nombre tan evocador como su leyenda, la Calle de los Besos. Su verdadero nombre es Calle Reinoso, pero su estrechez y la proximidad de sus balcones le han otorgado esta denominación popular, convirtiéndola en un símbolo de romanticismo y tradición en la ciudad.

Esta callejuela conecta la Plaza de los Venerables con la calle Lope de Rueda, formando parte del laberinto de estrechas y sinuosas vías que caracterizan al barrio de Santa Cruz. Su mayor peculiaridad es su angostura, que en su punto más estrecho alcanza apenas 106 centímetros de ancho.

Según cuenta la tradición, esta estrechez permitía que los balcones de las casas situadas a ambos lados de la calle quedaran tan cerca que sus habitantes podían saludarse e incluso besarse sin necesidad de salir de sus hogares. Esta peculiar característica dio origen a su apodo de “Calle de los Besos”, convirtiéndola en un enclave de referencia para los amantes y para quienes buscan rincones con historia en Sevilla.

El barrio de Santa Cruz, donde se ubica esta pintoresca calle, es el antiguo barrio judío de Sevilla y está repleto de historias, leyendas y tradiciones que han perdurado a lo largo de los siglos. Entre ellas, se dice que parejas de enamorados han sellado su amor con un beso en este pasaje, creyendo que este gesto les asegurará un amor eterno.

Además, su encanto radica en su entorno: un entramado de calles estrechas, casas encaladas con balcones floridos y patios escondidos, donde el tiempo parece haberse detenido. Pasear por este barrio es sumergirse en la historia sevillana, con sus plazas escondidas, patios llenos de naranjos y leyendas que siguen vivas en la memoria popular.