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El Ayuntamiento de Sevilla, a través de la delegación de Arbolado, Parques y Jardines, ha reforzado el control de la procesionaria del pino en todos los distritos de la ciudad. Hasta la fecha, se han tratado más de 2500 pinos con diversas técnicas para prevenir la proliferación de esta oruga, cuyo contacto puede provocar reacciones alérgicas en personas y animales. Un otoño seco y cálido, junto con un invierno suave en Sevilla, han acelerado la aparición de la Thaumetopoea pityocampa, más conocida como oruga procesionaria, lo que la ha hecho más visible que en años anteriores.
Según ha informado el Consistorio en una nota, las intervenciones realizadas han incluido la aplicación de endoterapia con abamectina al 1,8 % en pinos ubicados en zonas urbanas de alto tránsito, priorizando su uso en entornos escolares, deportivos y residenciales, así como tratamientos con Bacillus thuringiensis, un insecticida biológico compuesto por bacterias que afectan a las orugas de la procesionaria. También se ha procedido a la retirada mecánica de todos los bolsones detectados, eliminándolos en un plazo máximo de 15 días desde su localización.
La delegada de Parques y Jardines, Evelia Rincón, ha subrayado que «esta actuación refleja la preocupación y el firme compromiso del gobierno municipal con el mantenimiento de los pinos de Sevilla, garantizando así la salud y el bienestar de la ciudadanía».
Del mismo modo, Rincón ha señalado que «la presencia de estas orugas en esta época del año es un fenómeno natural, ya que se trata de una especie autóctona que forma parte del ecosistema y de la que dependen diversas especies».
Así, la edil ha indicado que «el control de la procesionaria del pino es necesario debido a los pelos urticantes que pueden afectar tanto a las personas como a sus mascotas, por lo que llevamos a cabo medidas específicas para regular su población de manera responsable».
Para controlar la población de la procesionaria del pino, también se están vigilando y monitorizando trampas de feromonas que capturan adultos machos, trampas que atrapan orugas que descienden por los troncos y se han colocado cajas anidaderas para aumentar la población de aves depredadoras de esta oruga.
Según la delegada de Parques y Jardines, «este tipo de actuaciones se están llevando a cabo de manera coordinada por primera vez y están basadas en una serie de directrices técnicas específicas que se han desarrollado para monitorizar, controlar y gestionar la presencia de esta molesta oruga en todos los distritos de la ciudad». La procesionaria del pino afecta a diversas especies de pinos y cedros, debilitando los árboles y aumentando su vulnerabilidad frente a enfermedades y otros agentes nocivos.
Además, las orugas de esta especie pueden causar reacciones alérgicas y problemas respiratorios en humanos y animales debido a sus pelos urticantes. Por este motivo, el Ayuntamiento ha realizado labores de prevención y control, «apostando por la gestión integrada de plagas y priorizando tratamientos que minimicen el impacto ambiental y sanitario». Estos trabajos, que comenzaron en octubre, continuarán al menos hasta el mes de abril.