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La Asociación en Defensa del Patrimonio de Andalucía (Adepa) se queja sobre la situación de los restos arqueológicos que se encuentran bajo el Patio de Banderas, cuya tutela corresponde al Patronato de los Reales Alcázares. Dicha entidad no supone actualmente «una prioridad» la apertura del enclave a la ciudad.
Según la asociación andaluza, no entienden el motivo por el que el Patronato del Alcázar y el Ayuntamiento mantienen cerrada la cripta del Patio de Banderas. «Tampoco la han tomado en consideración», subraya el catedrático Francisco Díaz del Olmo, ya que «la estructura de la cripta está hecha» y «sólo falta que se abra a las visitas». En este sentido, Enrique García Vargas, catedrático de Arqueología y miembro del consejo asesor de Adepa, subraya que la falta de apertura a las visitas de la cripta del Patio de Banderas «no obedece a una cuestión presupuestaria», «sino por el uso que se le da al dinero».
El arqueólogo y decano del Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Sevilla y Huelva, Jacobo Vázquez Paz, incide en que «tenemos numerosas criptas en la ciudad, que ni se conocen ni son visitables», como los restos de muralla romana en la calle Francos, la cripta medieval frente a la Torre de Don Fadrique o la cisterna romana en la Plaza de la Pescadería, de momento inaccesibles.
«Una Administración que no les da difusión»
Vázquez Paz recuerda que, a pesar de existir «una revitalización de los trabajos arqueológicos», «los resultados caen en manos de una Administración que no les da difusión. No hay una norma que nos proteja. Nuestro oficio no se conoce», lamenta el arqueólogo. «El 100% de nuestros ingresos son de origen privado, aunque trabajemos con bienes de dominio público», detalla Vázquez Paz. En este sentido, cita la excepción que supone Carmona, donde estos trabajos las desarrollan arqueólogos contratados como empleados públicos.
El experto recuerda que «a la hora de desmontar esos restos encontrados, los profesionales sí obtenemos información sobre la memoria de las piezas». Por ello, pide a la Consejería de Cultura y Patrimonio que «además de gastar dinero en procesiones magnas, lo destine también a conservación».