Carmona

A tan solo 30 minutos de Sevilla, en lo alto de un cerro, se alza una de las ciudades con más historia de España y de las más antiguas de Europa, con orígenes que se remontan a más de 5.000 años. Se trata de Carmona, un enclave que ha sido habitado por tartesios, romanos, árabes y cristianos y conserva un impresionante patrimonio monumental que lo convierte en un destino imprescindible para los amantes de la historia y la cultura.

Un pasado romano que sigue vivo

Uno de los mayores tesoros de la ciudad es su Necrópolis Romana, un yacimiento arqueológico que permite adentrarse en el mundo funerario de la antigua Carmo, como la llamaban los romanos. En este conjunto de más de 900 tumbas excavadas en la roca se encuentran impresionantes mausoleos, como la Tumba del Elefante, que aún conserva restos de su decoración original.

El legado romano no se queda ahí. La ciudad conserva restos de su antiguo foro, una calzada empedrada y la Puerta de Sevilla, una imponente estructura que formaba parte de la muralla y que aún da la bienvenida a los visitantes.

Un casco histórico de película

Pasear por sus calles es hacer un viaje en el tiempo. Sus palacios renacentistas, iglesias mudéjares y casas solariegas han sido testigos del esplendor que vivió esta ciudad durante la Edad Media y el Renacimiento. Entre los edificios más destacados se encuentran el Alcázar de la Puerta de Sevilla, una fortaleza de origen árabe con vistas panorámicas, y el Parador de Turismo, un antiguo alcázar convertido en hotel que conserva el encanto de siglos pasados.

Miradores y gastronomía con vistas a la campiña

Desde sus miradores se pueden contemplar impresionantes vistas de la campiña sevillana, con un horizonte infinito que cambia de color según la estación del año. Además, la ciudad es un lugar perfecto para disfrutar de la gastronomía andaluza, con platos típicos como la ardoria (un guiso tradicional), los caracoles y sus famosos dulces conventuales.