Vista aérea de Pino Montano.

Ubicado al norte de Sevilla, el barrio de Pino Montano debe su nombre a la antigua finca o cortijo Pino Montano, que estaba en una zona caracterizada por huertas y campos de cultivo desde la época romana y que, con el paso de los años, fue adaptándose a las necesidades de expansión de la ciudad.

La historia de Pino Montano se remonta al uso agrícola del terreno, cuando aún era conocido como parte de una extensa dehesa con pinos y monte bajo. Esta área rural fue usada durante siglos para la producción de cultivos y también albergó el conocido Cortijo de Miraflores, un símbolo de la Sevilla rural. Durante la época islámica, estas tierras pasaron a ser huertas de regadío, que se mantuvieron incluso hasta entrado el siglo XX. Sin embargo, fue a finales de los años 60 y 70 cuando Sevilla comenzó a expandirse hacia el norte y el espacio de Pino Montano se integró en este proceso, transformándose en un nuevo barrio urbano.

Desarrollo urbano

La urbanización de Pino Montano comenzó en los años 70 como una iniciativa para ofrecer vivienda a familias de clase trabajadora. En 1975, se entregaron las primeras viviendas, y en las siguientes décadas se construyeron más bloques, junto con áreas recreativas, colegios y locales comerciales. El diseño inicial preveía alrededor de 5000 viviendas y amplias zonas verdes para los residentes. Los árboles que se plantaron, incluidos los pinos que dan nombre al barrio, buscan mantener la conexión con su pasado agrícola.

En 1975, se fundó la primera asociación vecinal, la Comunidad General de Propietarios de Pino Montano, que fue fundamental para la consecución de mejoras en infraestructura y servicios públicos. El barrio también es conocido por mantener un calendario vibrante de eventos culturales y religiosos. Entre las celebraciones destacan la Velá, que se realiza en octubre con música y actividades para toda la familia, la procesión de Nuestro Padre Jesús de Nazaret en Semana Santa, y los carnavales.