El cantante valenciano Luis Cortés. Alba Canovaca
El cantante valenciano Luis Cortés. Alba Canovaca

Luis Cortés (Burjasot, 2001) tiene solo 23 años y ya acumula experiencias y desamores suficientes como para escribir las letras de un disco. Aún no ha salido a la luz, pero «lo hará pronto, en 2025», cuenta a Sevilla Actualidad. De momento, sus fans disfrutan del EP «Dolores», un miniálbum de cinco canciones surgidas de un desamor y llenas de sentimiento que ha presentado en Sevilla.

Aunque su pasión era «ser futbolista», la música se puso ante él casi de forma inesperada, a pesar de formar parte de su vida cotidiana, y ya «no puedo dejarla». «Yo trabajaba de noche y hacía música de día», cuenta el cantante, quien confiesa que su mayor influencia es su «amigo Miguel». «Él fue el que me dijo «vamos a hacer un temita». Estábamos aburridos en su estudio e hicimos el tema de Ojalá», su primera canción. A pesar de no estar seguro de que aquello pudiera salir bien, su amigo le convención para que lo publicara. «Empezamos a pasarlo de teléfono a teléfono hasta que dio con el de Scorpion (productor musical). Al tiempo me propuso currar con él y a mí me daba miedo, pero hasta el Sol de hoy sigo trabajando con su discográfica», explica.

«Dolores», el primer EP del artista

«Dolores» no es solo el primer EP del artista, sino también su mayor hito hasta el momento. Podría decirse que es una especie de experimento, «un juego de niños», en el que flamenco, R&B y Soul se fusionan para dar pie a los temas «que más me han despertado como persona y como artista». Y es que las influencias de Cortés son muy variadas. «De pequeño escuchaba desde flamenco cerrado, como Camarón; hasta un 50 cent», recuerda, «y ahora que me dedico a la música siempre estoy buscando nuevos sonidos». Porque para el artista, la riqueza del flamenco y «lo bonito» del mismo es «que queda bien con todo». Además, preguntado por artistas con los que le gustaría colaborar, Cortés lo tiene claro: «Alejandro Sanz y la Niña Pastori».

«Dolores» ha sido casi una terapia para el valenciano. «No buscaba números ni canciones. Me ha estabilizado la cabeza. Me ha hecho tener más amor propio y saber lo que yo quiero para mi futuro», confiesa. Además, ha sido un homenaje al amor «más grande que se puede tener: el de una madre». Y es que la canción «mama», la última del EP, está dedicada a su progenitora, una mujer gitana que sacó adelante a toda una familia. Aunque fue difícil que ella no se enterara, el cantante consiguió ocultar el tema a su madre y «alquilar una sala de cine, llevarla con los ojitos vendados y con toda mi familia allí» para reproducir en primicia el videoclip y dar así una sorpresa. «Terminamos todos llorando», cuenta entre risas.

Gitano «por los cuatros costaos»

Cortés tiene raíces gitanas y africanas, pero eso no le ha supuesto ninguna traba en su carrera. No conoce a la familia de su padre, por lo que se ha criado en «una familia de flamencos». «Quien no toca la guitarra, canta; y hay otros que saben bailar. Tenemos ese duende», asegura. Y es que, aunque Valencia no es una ciudad tradicionalmente ligada al flamenco, el pueblo gitano sí, y el joven lo lleva en la sangre. «Parece que no, pero hay muchísimos flamencos en Valencia, también muchos gitanos. Lo que pasa es que no hay muchos artistas flamencos», matiza. Y ello no ha impedido que el joven cantante dé el salto a la música profesional, convirtiéndose así en uno de los altavoces de este género en su tierra natal.

Es un artista autodidacta, sin formación musical. Pero cuando la inspiración llega, saca su móvil y graba. El último soplo de creatividad le llegó «volviendo de un concierto en Zaragoza». «Tenía una melodía en mi cabeza. Cogí mi teléfono y me la grabé. Si veo que es bonita, escribo la letra. Tengo el móvil lleno de grabaciones. Así trabajo yo», cuenta. Aunque también afirma que va al estudio, «tiramos melodías y a partir de ahí le ponemos la letra. Hay veces que me llevo letras de casa», aunque no es lo normal, «porque no fluyo mucho sin melodías».

Si tuviera que elegir una canción que le «toque el alma» sería «Me duele quererte, porque venía de una situación complicada, de una ruptura. Así que me fui al estudio, lo solté todo y sentí que eso me ayudaba a sentirme bien». Fue a partir de entonces cuando empezó a soltar todo lo que rondaba la mente y el alma en el estudio. «Siento que si lo digo en una canción, no se va a enterar nadie, aunque luego se entere todo quisqui», explica entre risas.

«La gente se sorprende cuando ve a un negro cantar flamenco»

A estas alturas ha quedado claro que Luis Cortés es flamenco y le gusta el flamenco. Pero cuando no está en el estudio produciendo su propia música, el joven escucha también otros géneros, como afro, rap o tecno. «Mis playlist son muy variadas, tengo de todo». «Hace poco fui a Granada y descubrí a Saiko, y partir de ahí empecé a escucharlo. Me encantaría colaborar con él. A Vera también la descubrí así. Me gusta explorar», remarca. Y ahora que la música afro surfea la ola de lo Mainstream, Cortés deja la puerta abierta y asegura que «hay temas por ahí guardados, pero ahora estamos centrados en el disco».

La imagen del artista choca en la primera impresión. «La gente se sorprende cuando ve a un negro cantar flamenco». Nadie se espera que un joven africano arranque a cantar con esa potencia. Pero eso no ha sido obstáculo en el camino hacia la música. «De chiquitito sí, pero algo normal, cosas de niños», confiesa, «pero a día de hoy no». El artista le da la vuelta a los malos comentarios, «no me influyen en mi vida» y los convierte en «cosas positivas».

Luis Cortés no es conformista. «Llevo cinco años trabajando, pero me siento como el primer día, con la misma ilusión y las mismas ganas de hacer música». El cantante es «ambicioso», eso sí, pero «no me estreso. Soy yo, y ya está». Y eso es lo que pide a todos los asistentes a sus conciertos: «Que lloren, que rían, que se emocionen. Que sean ellos mismos, porque va a ser ese momento. Después se van a ir y ya está», indica.

La capital hispalense recibió al cantante el 27 y el 28 de septiembre con dos sold out. «La gente de Sevilla es maravillosa y muy agradecida. Me siento en una nube», confiesa el artista. Cortés interpretó varios fandangos en ambas actuaciones, «algo que no suelo hacer», pero que fue muy bien recibido. Y es que, ser Valenciano no le ha puesto ninguna barrera con el público sevillano. De hecho, Cortés asegura sentirse «muy refugiado aquí (en Sevilla)», a pesar de no tener ningún vínculo con la ciudad. «Me encanta Sevilla y pasar tiempo aquí. Espero venir más veces, no a cantar, sino a turistear», declara el cantante, que terminará su paso por Andalucía el próximo sábado, 5 de octubre, en Almería.