La Comisión Provincial de Patrimonio de Sevilla ha informado favorablemente respecto a una excavación arqueológica preventiva en el Cenador de Carlos V del Real Alcázar de Sevilla, construido en los jardines de dicho recinto palaciego para conmemorar el matrimonio del citado monarca con Isabel de Portugal, formalizado el 17 de octubre de 1525.

En 2023 fueron acometidos en este enclave sondeos de georradar por el «interés de saber si en el subsuelo había restos arqueológicos» como «los sepulcros de los antiguos reyes musulmanes», pues el origen de los Reales Alcázares partiría del palacio de Al Mutamid, levantado en torno al siglo XI, durante la etapa islámica de la ciudad, según destacaba entonces Pablo Longoria, director en España de la World Monuments Fund, que financiaba tales trabajos.

Los frutos de estos sondeos de georradar, según Pablo Longoria, dejaron claro que «hay cosas» en el subsuelo del Cenador de Carlos V, pues en el entorno del Real Alcázar «hay 3000 años de historia en el subsuelo», es decir «no sólo enterramientos», pues las lecturas arrojan que «había restos de distintas épocas hasta cuatro metros de profundidad en el suelo».

De este modo, este proyecto de actividad arqueológica preventiva se plantea como consecuencia de la futura redacción del proyecto de conservación y restauración del Cenador de Carlos V; partiendo de que «hay indicios suficientes como para pensar que el pabellón levantado entre 1543 y 1546 tuvo un precedente islámico, tal vez funerario».

En este sentido, el análisis arqueológico solicitado despejaría las incertidumbres y, en cualquier caso, serviría de apoyo para la redacción del proyecto de restauración.

Patrimonio ha informado también favorablemente sobre el informe diagnóstico para la restauración del lienzo de la Inmaculada Concepción del Real Monasterio de San Leandro. Este lienzo, obra probable del pintor sevillano Domingo Martínez, es una representación iconográfica tradicional de la Inmaculada Concepción y aunque la obra se encuentre actualmente en el refectorio del Monasterio, no fue concebida inicialmente para este lugar, sino que fue realizada para ser parte de un retablo encargado a Pedro Duque Cornejo en la primera mitad del siglo XVIII.

El estudio organoléptico que se le ha realizado para saber cuál es el estado de conservación actual de lienzo ha concluido que es considerablemente pésimo, pudiendo destacar los múltiples deterioros de la capa pictórica, soporte textil y bastidor de madera, y todo como consecuencia de la suma de diversos agentes de deterioro, que pueden resumirse en los cambios de humedad y temperatura, que han producido movimientos y cambios dimensionales, además de favorecer la proliferación de insectos xilófagos.

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