Resumen gráfico: Lo mejor del SEFF’09

Cumplidas seis ediciones del Festival de Cine Europeo de Sevilla, va éste haciéndose su lugar en el complicado panorama de los festivales europeos y españoles -tan en los medios estos días de si subvenciones sí, subvenciones no-. El certamen sevillano se posiciona aquí con la inteligente e interesante marca diferencial de ceñirse al cine del viejo continente y con el total apoyo de público e instituciones.

Miguel Ybarra Otín. En las fechas, tema de actualidad por esa cuestión de ayudas al cine, viene Sevilla detrás de la Seminci de Valladolid (54 ediciones), donde este año han sido precisamente 14 los títulos europeos a concurso, incluido el ganador ‘Honeymoons’, del serbio Goran Paskaljevic, habitual en la semana vallisoletana como Theo Angelopoulos o Ken Loach. En Sevilla también comienzan o comenzarán a ser habituales otros realizadores, tal caso de la vencedora de este año, la joven austriaca Jessica Hausner, autora de ‘Lourdes’, que trajo ya su ‘Hotel’ en 2004.

Es así importante el papel que desarrolla este festival sevillano, cuya Sección Oficial se ha llenado este año de jóvenes autores y buen número de óperas primas: seis, entre ellas el Giraldillo de Plata: ‘Nada personal’, de la polaca Urszula Antoniak.

Es grande y variada la producción cinematográfica anual en Europa y un certamen como éste debe ser escaparate de ella (ella: ha sido femenina esta edición sevillana con 9 de 16 filmes en Sección Oficial firmados por mujeres). Además, el festival debe perfilar bien su personalidad en ésta sección, pues los ciclos paralelos Arte, EFA y Eurimages vienen ya con su contenido determinado, al igual que el ciclo New Brits, de esta edición, confeccionado por el British Film Institute.

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FesTV/Youtube.com

Dificultades para el cine europeo. Como en toda muestra, las cintas premiadas reciben ayuda económica para su distribución (en España), tema pendiente, con el de la exhibición, en el cine europeo de hoy. Que compite en cartelera con los gigantes económicos estadounidenses: el 80% del mercado cinematográfico mundial está en manos de las distribuidoras Time Warner, News Corporation, Disney, NBC Universal, Viacom, Sony y MGM/UA, todas estadounidenses.

Copan las salas vendiendo a las exhibidoras películas por paquetes: ciertas indecencias para estúpido público palomitero se encasquetan junto a los filmes más comerciales de rutilantes estrellas fugaces a los que la televisión pública hace el juego. Así es cuando nos muestran en el telediario que tal o cual magnífico actor hollywoodiense ha venido a Madrid a presentar un esperpento de millonario presupuesto.

Es aquí innegable la astucia norteamericana, que consigue que cientos de nombres propios de su industria sean noticia en sí mismos -con la inestimable ayuda de nuestros programas y prensa rosa- mientras el cine europeo es desconocido en su propia casa: ¿Cuántas películas francesas, belgas, holandesas, alemanas, polacas, húngaras, italianas, griegas, etc. pasan por Sevilla en un año? Es cine que queda relegado a festivales.

Es la consecuencia del así llamado “libre comercio” y del gusto mayoritario del público por el cine comercial (historia fácil, acción trepidante, efectos especiales, caras famosas y mucha publicidad) frente a una concepción diferente de cine como cultura, un cine más humanista como es gran parte del europeo (y del estadounidense independiente), caracterizado por una mirada, una firma personal que busca comunicar ideas y sentimientos. Un cine de autor por encima de criterios mercantiles: Urszula Antoniak, directora de ‘Nada personal’, manifestó al recoger su Giraldillo de Plata su enorme alegría por ver premiada una obra, dijo, «que he realizado tal y como yo quería, sin órdenes de productoras».  

Al hilo, Fernando Trueba, director y productor al que el Festival ha otorgado el Premio de Honor, manifestaba en una entrevista: «El productor de antes ya no existe. Las compañías quieren gente que obedezca a los ejecutivos, que esté al servicio del poder”.

En el ámbito de la producción cinematográfica, el poder también se concentra en pocas manos de forma que, como dice el pensador Noam Chomsky, “lo que distingue a Estados Unidos de otros países y le da ventaja es que ha reclutado a sus servicios la empresa de publicidad más próspera y prominente del planeta: Hollywood”.

Un festival necesario.“Este festival [el de Sevilla] es bueno para los cineastas con ideas y para fomentar la producción”, volvemos a palabras de Urszula Antoniak. “Las películas europeas no disfrutan, como las de Hollywood, de un gran presupuesto; por eso, la atención que presta un festival como éste es inestimable”, concluye esta realizadora, autora de un film muy femenino y lleno de sensibilidad, que juega con los silencios, las luces y unas interpretaciones sobrias para narrar una historia y una reflexión sobre la soledad.

Llegados al tema de las interpretaciones, citamos aquí a Catherine Corsini, directora francesa de ‘Partir’, uno de los contados filmes del festival que después llega a pasar por cartelera (protagonizado por Kristin Scott Thomas y Sergi López, está ahora en los cines).

Comentó Corsini en rueda de prensa sobre la actriz: “Quise fijarme en una mujer madura, darle el protagonismo y hablar de la belleza en esa edad. Kristin está resplandeciente en la película, y encantada y sorprendida de encontrar un papel protagonista femenino de esta edad. Decía que en Estados Unidos nunca se haría una película así. Pero curiosamente, las actrices son mucho mejores a partir de los 40 años. Hay una dictadura de la eterna juventud que yo desteto”.

Es una reflexión que ha ofrecido el festival. Como tantas otras en la casi totalidad de sus filmes: casi, pues se ha colado (hablamos siempre de la Sección Oficial) algún bodrio infame -‘La joven de las naranjas’-, indigna cursilería que desprestigia al certamen. Hortera, como el público que de forma obscena continúa entrando en las salas de Nervión con enormes paquetes de palomitas 20 minutos después de empezadas las proyecciones.

Debate sobre el nivel de las cintas. Pero dejando el tema animal a un lado para volver al cine, cabe también la reflexión sobre la calidad de las cintas a concurso, que ha sido puesta en duda por parte de la crítica. La acidez de las reseñas del diario que siempre has querido connota cierta predisposición a juzgar la muestra. Son opiniones. Y en opinión de quien escribe -a quien se le escapó la proyección de ’44 Inch Chest’ del agrado en cualquier caso de otro crítico de este diario y que recibió el Premio Especial del Jurado-, de las otras 15 películas: 3 eran muy buenas (‘Nada personal’, ‘Fish tank’ y ‘Lourdes’), 1 muy simpática (y magníficamente interpretada: ‘In the loop’), 1 interesante por forma y contenido (‘Transmission’, Premio a la Mejor Dirección), 7 eran títulos bien hechos, 1 se quedaba en nada más que regular (‘Jaffa’), otro es la citada ortiga y un último (‘Hombres en el puente’, muy bien según una contrastada opinión como la de Miguel Olid en ABC) era una flojísima y fea obra de principiante.

Un festival interesante, en definitiva, si bien todo es siempre susceptible de mejora: larguísimo es el café entre película y rueda de prensa -algo muy sevillano- y larguísimas son las galas de inauguración y clausura. Insufribles. Más aún cuando quienes más hablan no son gente del cine sino políticos; cuando la ganadora escribe una nota de 30 segundos y la política se excede varios minutos. Señores Monteseirín y Montaño: un poquito más de discreción, sobre todo si los discursos se los escribe alguien que aún debe usar plastidecor.

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