En la Cumbre sobre cambio climático de Copenhague la idea parece estar clara. “Lead or go home” -“Lidera o vete a casa”- es el lema que los activistas del Climate Action Network, coalición que integran más de 450 ONGs de todo el mundo, lucen en las cintas de las que cuelgan sus acreditaciones para acceder a las negociaciones de Naciones Unidas. Finalizado el quinto día de reuniones, las exigencias a los políticos que decidirán el acuerdo que sustituya al Protocolo de Kyoto están muy claras. Si éstas se verán cumplidas o no, aún está en el aire. 

Clara Morales, Copenhague/Especial para Sevilla Actualidad. La Cumbre de Copenhague, o COP15 (siglas en inglés para 15ª Conferencia de las Partes) se integra dentro de la Convención Marco de Naciones Unidas Sobre Cambio Climático, y está integrada por 7 procesos de negociación distintos. Según la conferencia de Bali de 2007, de este encuentro deberá salir un texto legalmente vinculante, de obligado cumplimiento para todos los países de la ONU, que entre en vigor en 2013 y sustituya al Protocolo de Kyoto. Cumbres previas como las de Bangkok o Barcelona debían servir para “limpiar” un texto repleto aún de puntos a discutir.

Sin embargo las delegaciones de los distintos países llegan a Copenhague sin los deberes hechos, y resulta poco probable conseguir los objetivos marcados. La principal causa de esto es la negativa de Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, a aceptar cualquier acuerdo antes de presentar la propuesta de ley de regulación de emisiones de CO2 en el Senado. Quiere evitar así un varapalo político similar al que sufrió Bill Clinton durante las negociaciones del Protocolo de Kyoto, que vio tumbados por el Senado los compromisos internacionales a que ya había firmado ante las Naciones Unidas. Hasta la fecha, EEUU sólo se ha comprometido a reducir en un 4% sus emisiones de CO2 respecto a los niveles de 1990.

Actualmente se considera que para mitigar los efectos del cambio climático los países desarrollados deberían disminuir sus emisiones de CO2 al menos en un 40% en 2020. China, por su parte, ha dejado claro que no firmará compromisos que no acepte EEUU. La falta de liderazgo de la Unión Europea, a la espera de la resolución de los “tira y afloja” entre EEUU y China, no favorece la marcha de los acuerdos. 

El desarrollo de las negociaciones

Ante las perspectivas de estancamiento de las conversaciones, en los últimos días han surgido propuestas unilaterales desde distintos frentes. El primero en lanzar su proyecto fue el gobierno danés, deseoso de que la cumbre llegue a buen puerto. Este documento no oficial se filtró a la prensa a mediados de semana, y supuso una marea de negociaciones de pasillo que, según denuncian distintas ONGs, excluyen a los países del Sur de los centros de decisión. Además, proponía dar fin al sistema de períodos de compromiso del Protocolo de Kyoto, que establecía distintas obligaciones y fechas de cumplimiento para los países que habían ratificado el acuerdo y los que no, y dar paso así a un solo proceso. Sin embargo, esto supone el riesgo de “matar” a Kyoto sin tener un nuevo tratado sobre seguro.

Ante esta propuesta, China, e India, apoyadas por Sudáfrica y Brasil, no tardaron en hacer circular su propio documento no oficial que respetara las bases de Kyoto. No obstante, su contenido, sorprendentemente poco ambicioso tanto en mitigación (reducción de emisiones de CO2) como en financiación de la adaptación de los países en desarrollo a los efectos del cambio climático, provocó la reacción de Tuvalu, un pequeño atolón de islas que no supera los 11.000 habitantes. Tuvalu, el cuarto país más pequeño del mundo, se encuentra en una situación crítica debido a la subida del nivel del mar, que podría suponer su desaparición. Por ello, y ante el estancamiento de las discusiones, planteó el pasado miércoles, con el apoyo de AOSIS (una asociación de pequeños estados insulares), la creación de un grupo de contacto donde se discutan los tratados. China e India, temerosas de que esto echara a perder el Protocolo de Kyoto, bloquearon la propuesta de Tuvalu. Como respuesta, este suspendió las negociaciones hasta el día de ayer, apelando a su “derecho a sobrevivir”.

La acción de Tuvalu ha provocado la reacción de distintos frentes, que han optado por anunciar compromisos propios al margen del documento que salga de Copenhague. Estas declaraciones no han estado exentas de polémica. China, por ejemplo, se ha comprometido a reducir sus emisiones en un 40%, sin asegurar que esto pueda ser monitorizado por organismos internacionales. Los participantes en la cumbre se plantean hasta qué punto esto impulsa las negociaciones o distrae del desarrollo del texto ya existente.

El futuro de Copenhague

Ante esta situación, hay en torno a la cumbre un convencimiento generalizado de que no se obtendrá un texto legalmente vinculante, como estaba previsto. Sin embargo, sí debería nacer un texto políticamente vinculante, con ideas precisas y definidas, que pueda convertirse en un texto de obligado cumplimiento en un plazo de 6 a 12 meses. Esto dejaría la puerta abierta para la celebración de una COPbis a mediados de año, o una COP16 a finales de 2010 en México. Sin embargo, la llegada de los jefes de estado a principios de la próxima semana (se calcula que acudirán más de 130 de un total de 192 países miembros) podría dar un giro a la marcha de las negociaciones. El resultado de la Cumbre de Copenhague aún está difuso.

De Sevilla a Copenhague

Sevilla Actualidad/Sevilla. Mientras, decenas de personas, convocadas por siete organizaciones, han exigido hoy a los gobiernos un «compromiso firme para salvar el clima» y un «acuerdo justo y vinculante» en la Cumbre mundial del Clima de Copenhague, para lo que, con sus manos pintadas de verde, han dejado su huella en un mural en el centro de Sevilla.

Esta concentración en la Puerta de Jerez, en pleno centro peatonal de Sevilla, forma parte de las movilizaciones convocadas en todo el mundo con motivo del Día de Acción Global contra el Cambio Climático, en este caso por siete entidades de la Coalición Clima: WWF Adena, Greenpeace, Intermón Oxfam, MPDL, Ecologistas en Acción, CCOO y Scouts de España.

En un acto simbólico, junto a una pancarta con el lema «De Sevilla a Copenhague. Gobiernos: compromiso por el clima, ya», los viandantes han dejado marcadas sus manos pintadas de verde en un mural colocado en el suelo, y han escrito mensajes reivindicativos. Además de un cartel con las temperaturas que advierten que puede haber en 2020 por el cambio climático, donde figuraba «Sevilla 58ºC, Helsinki 40, Toronto 36, Ibiza y La Habana, RIP», la Coalición Clima ha expuesto sus peticiones al Gobierno español para que asuma diez compromisos y lidere las negociaciones en la Cumbre de Copenhague.

Entre las frases a favor del clima y la preservación del planeta, en este muro de papel se podían leer mensajes como «Pensemos en los que vendrán detrás», «Yo también quiero que mis nietos sepan cómo eran los árboles», «Conservemos con vida a nuestra Madre Tierra», «El Planeta no tiene recambio. Salvemos el Clima» o «La Tierra no la heredamos de nuestros padres, la tomamos prestada de nuestros hijos. Cuidémosla».

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Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, empezó en la comunicación local y actualmente trabaja para laSexta. Máster en Gestión Estratégica e Innovación en Comunicación, es miembro...