Trabajadores del sevillano horno mantienen desde hace casi tres meses una protesta a las puertas del establecimiento de la Avenida de la Constitución para exigir el pago de sus nóminas.

Los empleados del horno de San Buenaventura protestan a las puertas de uno de sus establecimientos con una pancarta con la que recuerdan sus ochenta y dos días de lucha y de impago de nóminas. Unos impagos que han provocado ya que dos de los trabajadores se hayan visto obligados a entregar sus casas por no hacer frente a la hipoteca o que, la mayoría, se vea obligado a vivir de las ayudas de sus familiares.

«Hay familias a las que ya no les queda nada en sus frigoríficos, familias que no tienen nada que llevar a la mesa y eso es indigno. Nos vemos obligados a trabajar y no cobrar y eso es lo peor que le puede pasar al ser humano», ha explicado Gonzalo de las Heras, delegado de personal (UGT). «Y la empresa se está financiando con nuestros sueldos. Presentó concurso de acreedores y ahora no nos paga porque así se lo permite la ley tras la reforma laboral. Con lo que se está ahorrando de nuestros sueldos se está autofinanciando y lo hace una empresa que el último año facturó 15 millones de euros».

Carmen Castilla, que se ha interesado este miércoles por el estado de los trabajadores afectados, ha comentado que «esta situación es fruto de la reforma laboral que ha dado carta libre a los empresarios. Una reforma laboral nefasta».

Los trabajadores mantienen el ánimo fuerte y aseguran que continuarán con la protesta hasta que la empresa resuelva su situación. «Si nos despide, al menos que nos pague los 20 días por año trabajado que nos corresponde. Luego ya pelearemos si hace falta en los tribunales pero, al menos, que nos permita irnos con lo que nos corresponden y con dignidad», ha concluido De Las Heras.