Durante la actuación policial, los policías fueron rodeados por vecinos de la zona que les golpearon y les arrojaron botellas de cristal.

La Policía Nacional ha detenido en Sevilla a dos jóvenes tras la negativa de estos a ser identificados al comprobar los agentes que circulaban en un vehículo mientras consumían bebidas alcohólicas y realizaban maniobras peligrosas en la vía pública.

La actitud agresiva de los dos ocupantes ante la actuación de los agentes provocó la misma reacción en el resto de vecinos de la zona que acudieron con la intención de impedir la intervención policial llegando incluso a golpear a los policías y a arrojarles botellas de cristal.

Tuvieron que pedir refuerzos para disolver a la multitud

Los hechos sucedieron mientras una patrulla policial realizaba funciones de prevención en un conflictivo barrio de la ciudad de Sevilla cuando observaron cómo un vehículo realizaba algunas maniobras peligrosas con giros bruscos y grandes acelerones que estaban creando una situación de inseguridad en los viandantes.

Tras realizar una aproximación al vehículo, los agentes observaron que los dos ocupantes del mismo portaban botellines de cerveza que estaban consumiendo mientras conducían por lo que decidieron darles el alto sin éxito dando lugar a una corta persecución que culminó con la detención del vehículo.

Una vez se detuvo el coche con sus ocupantes dentro, los agentes procedieron a la identificación de ambos ante lo cual estos reaccionaron de forma agresiva increpando a los agentes y vociferando hacía las viviendas aledañas para que algunos de los vecinos acudieran a auxiliarle y frustrar así la actuación policial.

La respuesta fue inmediata y algunos vecinos comenzaron a salir de sus domicilios para increpar igualmente a los agentes por lo que estos se vieron obligados a pedir refuerzos ante el temor de que las amenazas y la actitud agresiva de estas personas derivara en una agresión.

Cuando el apoyo policial llegó al lugar donde se estaban desarrollando los hechos, la multitud ya les había rodeado y algunos de los vecinos comenzaron a agredir a los agentes con empujones y patadas, llegando incluso a arrojarles botellas de cristal.

Ante esta situación, los policías decidieron hacer uso de sus defensas reglamentarias para disolver a la muchedumbre sin conseguirlo por lo que uno de los agentes, tras valorar los posibles riesgos, se vio obligado a efectuar un disparo al aire con su arma, momento en el que la multitud despejó la zona y los agentes pudieron proceder a la detención del conductor ebrio del vehículo.

En ese momento, y mientras se introducía en el coche al detenido, el acompañante de éste intentó golpear en la cabeza a uno de los agentes esgrimiendo un botellín de cerveza en la mano, siendo arrestado por el propio agente evitando así la agresión.

Una tasa de alcohol casi el triple a la legal permitida

Los dos detenidos, que contaban con varios antecedentes policiales previos por delitos de distinta naturaleza, fueron trasladados a dependencias policiales donde al conductor se le practicó un test de alcoholemia dando como resultado la cantidad de 0,69 mg/l en aire expirado, una tasa que casi triplicaba la legal permitida.

Tras la finalización de las diligencias, los dos arrestados fueron puestos a disposición de la Autoridad Judicial imputados por delitos contra la Seguridad Vial y Atentado a Agente de la Autoridad.

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