La instalación de los toldos que se colocan en las calles del centro histórico podría retrasarse hasta mediados de agosto. Las formalidades que conlleva el contrato de adjudicación para la instalación de estas herramientas para paliar el calor han traído consigo un retraso que podría provocar que la ciudad no pueda ver los toldos colocados hasta finales de septiembre.

Si bien el pasado 8 de junio, el delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, pedía «perdón» a los sevillanos y prometía el inicio de su instalación «en diez o quince días», la demora podría provocar que finalice el mes de septiembre sin que se haya finalizado la instalación de los mismos.

La adjudicación de los trabajos de instalación se hacía efectiva el pasado 27 de abril. A pesar de ello, una serie de formalidades, incluida una reclamación por parte de una de las empresas que no consiguió el contrato, ha provocado que no se formalice el contrato hasta el pasado 31 de mayo, una semana después de la primera ola de calor del tiempo estival.

Pero la burocracia no acaba aquí. Una vez formalizado el contrato, en el pliego de prescripciones técnicas se puede observar una serie de plazos «de obligado cumplimiento» para el contratista que demorarán aún más la instalación de los toldos.

Por orden cronológico, en primer lugar debe de producirse la redacción del proyecto de instalación y montaje, con una duración de dos semanas. Seguidamente, para el suministro de las lonas, incluyendo las serigrafiadas el plazo aproximado es de nueve semanas. Por último, para la instalación de los propios toldos, la duración aproximada es de 45 días.

Siguiendo estos plazos desde el pasado 31 de mayo, el inicio de la instalación podría producirse el 16 de agosto, finalizando el 1 de octubre, cuando el calor en la ciudad comienza a remitir.

A pesar de ello, la empresa adjudicataria se ha comprometido a acortar los plazos, algo que probablemente no consiga que no veamos los habituales toldos hasta el mes de agosto, tras dos meses de altas temperaturas en un verano que, según la Aemet, será más caluroso de lo normal.