Los autores del asesinato conocían perfectamente los hábitos de la víctima y dónde ocultaba el dinero.

La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil en Sevilla, en una compleja y larga investigación que se ha prolongado durante un año, ha logrado identificar, localizar y detener a tres personas a las que se les imputa un delito de asesinato. Los detenidos son un varón de 42 años nacido en La República Dominicana, una mujer de 32 años de nacionalidad nicaraguense y la pareja sentimental del anterior, ambos vecinos de Mairena del Aljarafe. Asímismo, se ha identificado como implicado a una tercera persona que actualmente se encuentra ingresada en prisión por otros hechos.

Los hechos ocurrieron el pasado 20 de noviembre de 2016 en La Rinconada, cuando los familiares de la víctima alertaron a la Guardia Civil de que un familiar suyo, una anciana, no abría la puerta. Cuando los agentes lograron entrar en la vivienda observaron el cuerpo sin vida de la mujer, natural de Sevilla y 90 años de edad, la cual tenía quemaduras en la cara producidas por la acción de un pañuelo impregnado en un líquido corrosivo y cinta americana para tapar su boca.

Como consecuencia de estos hechos se inició la operación Azano, asumida por el Equipo de Homicidios de la Guardia Civil de Sevilla. Desde un primer momento los investigadores sospechan con fundamento que el móvil de los implicados era el del robo, si bien debido a los medios empleados (intoxicación química), la violencia utilizada (amordazamiento con cinta americana) y a que la víctima era una persona de edad avanzada provocaron su fallecimiento, hecho éste que forzó la inmediata huida de los asaltantes de la vivienda de manera precipitada, sin haber podido llevar a cabo el robo.

Debido a su avanzada edad, la víctima solía encontrarse acompañada prácticamente todo el tiempo ya que tenía cuidadora. En los últimos tiempos había contratado diferentes cuidadoras con variados turnos de trabajo según el caso y las circunstancias. No obstante, todas conocían los hábitos de la anciana, que tenía cierta fijación por guardar sus pocos ahorros en casa. La fallecida, debido a sus problemas de movilidad, solo salía de su domicilio para sacar del banco el dinero del cobro de la pensión que luego guardaba en una caja de caudales en su vivienda. Esta gestión la realizaba siempre acompañada de una cuidadora o un familiar.

Desde un primer momento se sospechó que alguien de su circulo cercano pudiera estar implicado en los hechos, debido al conocimiento que tenían los autores de las entradas y salidas de las cuidadoras, así que se realizó una concienzuda investigación al objeto de identificar a todas las asistentes que habían trabajado para la anciana en los últimos años, incluso aquellas que solo habían permanecido unos días en el domicilio y que finalmente no fueron contratadas y de las cuales no había quedado ningún tipo de constancia documental. Sobre cada una de estas personas se inició una investigación exhaustiva que permitió averiguar que la información utilizada por los autores del asesinato procedía de una antigua asistente que estuvo de pruebas con la fallecida hasta días antes del fallecimiento de la misma. La información sobre donde guardaba el dinero la fallecida y los posibles momentos en los que se encontraría sola la víctima, se la facilitó a su pareja sentimental y junto a una tercera persona, la que se encuentra en prisión, organizaron el asalto a la vivienda.

Fruto de las investigaciones llevadas a cabo por el Equipo de Homicidios y de la Inspección Técnica realizada por agentes del Laboratorio de Criminalistica de la Guardia Civil de Sevilla, se ha podido identificar y ubicar a cada uno de los autores en el lugar del asesinato, así como, establecer su implicación en los hechos.

Los detenidos han sido puestos a disposición judicial, decretándose su ingreso en prisión, aunque la operación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones.