En pleno corazón de la campiña sevillana se alza uno de los monumentos más singulares y menos conocidos de la provincia: el Castillo de Los Molares. Esta fortaleza medieval, declarada Bien de Interés Cultural, es hoy uno de los grandes reclamos patrimoniales del municipio de Los Molares y un destino imprescindible para los amantes de la historia, la arquitectura y el turismo cultural.

Un castillo nacido en la frontera medieval

El origen del castillo se remonta a la primera mitad del siglo XIV, en el contexto de la reorganización del territorio tras la conquista cristiana del valle del Guadalquivir. Su construcción está ligada a la figura de Fernando IV de Castilla, que concedió estas tierras a la familia Gutiérrez de Toledo, encargada de levantar la fortaleza como punto defensivo en la conocida Banda Morisca, la línea de castillos que protegía el reino frente a incursiones procedentes del reino nazarí de Granada.

Su ubicación estratégica permitía controlar caminos y proteger a la población asentada en torno al recinto, convirtiéndose en un elemento clave del sistema defensivo medieval del sur de la provincia de Sevilla.

Arquitectura defensiva con identidad propia

El Castillo de Los Molares presenta una tipología poco habitual. Destaca su torre del homenaje de planta pentagonal irregular, acompañada por torres de flanqueo y un recinto amurallado almenado que aún conserva buena parte de su trazado original. El conjunto se articula en torno a un patio de armas y estancias interiores cubiertas con bóvedas.

En su construcción se emplearon materiales característicos de la época, como tapial, ladrillo y sillería, lo que refuerza su valor arquitectónico y su autenticidad histórica.

De fortaleza señorial a símbolo patrimonial

A lo largo de los siglos, el castillo pasó por distintas manos nobiliarias, entre ellas la familia Ribera, Adelantados Mayores de Andalucía. Con el tiempo perdió su función militar, pero nunca su valor simbólico. Ya en época contemporánea, diversas actuaciones de conservación han permitido recuperar y poner en valor el edificio como uno de los grandes emblemas patrimoniales del municipio. Hoy, el castillo no solo domina el perfil urbano de Los Molares, sino que se ha convertido en un espacio cultural y divulgativo, clave para entender la historia local y comarcal.

El interior del castillo alberga un centro de interpretación, donde el visitante puede conocer la evolución histórica del municipio, el papel defensivo del castillo y el contexto de la frontera medieval andaluza. La visita permite recorrer murallas, torres y dependencias interiores, ofreciendo una experiencia didáctica y visual muy atractiva tanto para público local como para visitantes.