En pleno Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla, el término municipal de Constantina conserva uno de los enclaves geológicos más singulares de Europa: el Monumento Natural Huellas Fósiles de Medusas, un yacimiento que permite asomarse a los orígenes mismos de la vida animal en la Tierra.

Lejos de tratarse de una escultura o una intervención artística, la conocida popularmente como Huella de las Medusas es en realidad un testimonio fósil de hace más de 540 millones de años, cuando esta zona de Sierra Morena se encontraba sumergida bajo un antiguo mar poco profundo.

Un viaje al origen de la vida animal

Las huellas conservadas en Constantina corresponden al Periodo Cámbrico inferior, una etapa clave en la historia del planeta en la que se produjo la llamada explosión cámbrica: el momento en el que surgieron la mayoría de los grandes grupos de animales conocidos.

En este enclave se conservan centenares de impresiones circulares, atribuidas a medusas primitivas que quedaron marcadas sobre sedimentos marinos blandos. Con el paso del tiempo, estos sedimentos se endurecieron, dando lugar a uno de los conjuntos de huellas fósiles de medusas más importantes del mundo, tanto por su número como por su estado de conservación.

Un monumento natural único en Europa

La relevancia científica del yacimiento llevó a la Junta de Andalucía a declararlo Monumento Natural en 2019, garantizando así su protección legal y su conservación para futuras generaciones. Estudios recientes han permitido identificar casi 300 huellas fósiles, lo que refuerza su consideración como uno de los mayores yacimientos cámbricos de Europa.

Este enclave convierte a Constantina en un referente internacional del patrimonio geológico, situando a la Sierra Norte sevillana en el mapa de la investigación paleontológica.