El otoño llega a Sevilla con una paleta de colores que invita a perderse entre sus bosques, senderos y paisajes naturales. Aunque la provincia se asocia al calor y al llano, esconde parajes donde el aire fresco, el rumor del agua y el manto de hojas crean una atmósfera única. Desde los pinares del Aljarafe hasta los bosques de ribera de la Sierra Norte, estos son algunos de los mejores lugares para disfrutar de la naturaleza a menos de dos horas de la capital.

Parque Natural Sierra Norte de Sevilla: el gran bosque del norte

En el corazón de Sierra Morena, el Parque Natural Sierra Norte de Sevilla ofrece uno de los paisajes más impresionantes de Andalucía. Sus dehesas de encinas, alcornoques y quejigos se mezclan con bosques de ribera junto al río Huéznar, creando una estampa de contrastes verdes y ocres que se intensifica en los meses de otoño.

Rutas como la del Cerro del Hierro o el Nacimiento del Huéznar permiten adentrarse en un entorno declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. A lo largo del recorrido, el visitante podrá disfrutar del murmullo del agua, el canto de las aves y el silencio sereno de los caminos rurales.

Consejo: lleva calzado impermeable y abrigo ligero. Tras la lluvia, el aroma a tierra mojada y musgo hace de este bosque un lugar sencillamente mágico.

Bosque galería del Huéznar: el otoño junto al agua

Entre San Nicolás del Puerto y Constantina discurre uno de los paisajes más sorprendentes de la provincia: el bosque galería del Huéznar. Aquí el río serpentea entre alisos, sauces y fresnos, que en otoño tiñen el paisaje de tonos dorados y rojizos.

El recorrido es sencillo y apto para toda la familia, ideal para disfrutar sin prisas del sonido del agua y las pequeñas cascadas que salpican el camino. La Cascada del Huéznar, con su caída entre vegetación húmeda y musgosa, es una parada obligada para los amantes de la fotografía.

Consejo: es una ruta perfecta para pasar el día; lleva picnic y, si el tiempo lo permite, disfruta de un almuerzo al aire libre en las áreas recreativas cercanas.

Pinares de Aznalcázar y La Puebla del Río: el bosque que respira Doñana

A pocos kilómetros de Sevilla capital se extiende una de las masas forestales más extensas del suroeste andaluz: los Pinares de Aznalcázar y La Puebla del Río. Este entorno, vinculado al Parque Nacional de Doñana, combina pinos piñoneros, eucaliptos y sabinas, creando un paisaje de dunas, senderos y lagunas.

Durante el otoño, la luz del atardecer filtra los pinares con un brillo dorado que parece sacado de un cuadro impresionista. Es un lugar ideal para senderismo, ciclismo o fotografía de aves, ya que se encuentra en una de las rutas migratorias más importantes de Europa.

Consejo: acércate al paraje natural Dehesa de Abajo, donde podrás avistar flamencos y cigüeñas en libertad.

Parque del Alamillo: el pulmón otoñal de Sevilla

Para quienes prefieran no salir de la ciudad, el Parque del Alamillo es la mejor opción para disfrutar de la naturaleza sin necesidad de coche. Este gran pulmón verde, con más de 120 hectáreas, combina pinos, acebuches, álamos y encinas en un entorno donde el otoño se vive entre paseos tranquilos y tardes de luz suave.

Las hojas caídas cubren los senderos y el reflejo del Guadalquivir regala estampas perfectas para una pausa en medio del ritmo urbano. Además, el parque acoge actividades culturales y familiares durante los fines de semana otoñales.

Consejo: visítalo al final de la tarde; la luz dorada y el silencio del atardecer lo convierten en uno de los rincones más bellos de Sevilla en esta época.