Tragaperras, imagen de archivo. - Emergencias Sevilla

La Policía Nacional ha detenido a ocho personas en el marco de la operación «Gambling», que ha permitido desarticular un grupo criminal especializado en el robo con fuerza de máquinas tragaperras en establecimientos hosteleros e industriales de Sevilla y Dos Hermanas.

Estas máquinas tragaperras, con un valor en el mercado de entre 5000 y 8500 euros por unidad, eran sustraídas por su fácil transporte y su alta capacidad de recaudación en efectivo. Según las investigaciones, los dispositivos robados eran posteriormente vendidos en el mercado ilegal a organizaciones de narcotráfico, que las instalaban en los llamados «narcopisos» o puntos de venta de droga para obtener un doble beneficio económico: el procedente de la venta de sustancias estupefacientes y el generado por el uso de las propias máquinas.

La investigación sobre el robo de las tragaperras en Sevilla y Dos Hermanas se desarrolló en dos fases. La primera, denominada «Gamblin I», tuvo lugar entre noviembre de 2024 y mayo de 2025, y se saldó con la detención de cuatro personas implicadas en doce robos con fuerza en locales de hostelería. El grupo empleaba métodos violentos como alunizajes o fracturas de escaparates con mazas de gran tamaño para acceder al interior y sustraer las máquinas.

En la segunda fase, «Gamblin II», realizada entre mayo y septiembre de 2025, los agentes detuvieron a otros cuatro miembros del grupo, algunos de ellos ya relacionados con la primera etapa. Durante este periodo, la Policía los vinculó con robos en naves industriales, destacando tres asaltos consecutivos en una misma nave de Dos Hermanas.

La operación, llevada a cabo de forma conjunta por agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de Sevilla y Dos Hermanas, concluyó con la recuperación de los vehículos utilizados o sustraídos durante la actividad delictiva. La autoridad judicial ha decretado prisión para tres de los detenidos, considerados los principales cabecillas del grupo criminal.

El valor total de los efectos sustraídos supera los 100.000 euros, poniendo fin a una trama que combinaba el robo violento y el tráfico de máquinas ilegales para financiar actividades vinculadas al narcotráfico.