A poco más de una hora de Sevilla, entre Badolatosa y Corcoya, se encuentra uno de esos lugares que ralentizan el tiempo: el Mirador del Meandro del Río Genil, ubicado en el Paraje Natural del Embalse de Malpasillo. Desde allí, el río dibuja una curva perfecta, mientras la luz revela tonos ocres, cañas, aves y un silencio envolvente que invita a la contemplación.

Una escapada que combina senderismo accesible y vistas privilegiadas

El Mirador del Meandro del Río Genil se alcanza mediante una ruta de senderismo de baja dificultad, ideal para una excursión tranquila. El camino pasa por olivares y pinares hasta culminar en esta atalaya natural, con vistas que, según describen quienes lo visitan, son simplemente “increíbles”.

Los amantes de lo auténtico podrán elevar aún más la aventura con una caminata circular más completa. Por ejemplo, la ruta que parte desde Corcoya, asciende al Arroyo del Pontón, rodea el meandro y regresa disfrutando de paisajes naturales, restos históricos como minas abandonadas y hasta una ermita. Son entre 9 y 12 kilómetros de duración, con desniveles moderados —ideales para medio día de descubrimiento rural.

Naturaleza, historia y leyenda en un solo paisaje

El meandro —curva pronunciada del río— se contempla desde la carretera SE‑766, en el kilómetro 13, y regala panorámicas donde el Genil serpentea formando lo que algunos llaman “Isla de la Víbora”: un fragmento de tierra que surge a mitad del meandro. Por delante, el cerro del Espejo, y por debajo, aguas tranquilas que reflejan el cielo.

Además, esta ruta enlaza con otras experiencias como el Museo del Río Genil en Badolatosa, que permite explorar la identidad del río desde una perspectiva museística y audiovisual dentro de la Ruta del Tempranillo