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No hace falta viajar muy lejos para descubrir paisajes que parecen sacados de una postal. En la localidad de Almadén de la Plata, al norte de la provincia de Sevilla, se encuentra uno de esos rincones que sorprenden a quienes se animan a explorarlos: el Mirador del Calvario.
Situado en lo alto del cerro que le da nombre, este mirador ofrece unas vistas privilegiadas sobre olivares, dehesas y huertos que se extienden hasta donde alcanza la vista. El visitante se encuentra, de pronto, ante un balcón natural que permite contemplar la esencia de la Sierra Norte: un mosaico de verdes y ocres que cambia con cada estación.
Pero el atractivo del lugar no es solo paisajístico. El cerro del Calvario es también un enclave cargado de historia y simbolismo religioso. No en vano, allí se levanta una cruz que recuerda antiguos Vía Crucis celebrados por los vecinos de Almadén. Además, el sendero que conduce al mirador coincide en parte con la Vereda de Castilblanco, una vía pecuaria utilizada desde hace siglos para el tránsito de ganado.
El camino hasta el mirador es ya en sí una experiencia. Senderistas y ciclistas suelen elegirlo por su accesibilidad y por la recompensa que aguarda en la cima. Aunque la subida puede exigir algo de esfuerzo, la panorámica final bien compensa cada metro recorrido. No es casualidad que muchos lo describan como un lugar perfecto para desconectar, contemplar una puesta de sol o simplemente dejarse envolver por la tranquilidad del paisaje.
El Mirador del Calvario es, en definitiva, uno de esos secretos de la provincia de Sevilla que aún guarda cierto aire de descubrimiento. Un rincón donde naturaleza, historia y tradición se encuentran, invitando a mirar con otros ojos la riqueza escondida en la Sierra Norte.
