En Osuna, uno de los pueblos más monumentales de Sevilla, existe un lugar capaz de hacer sonreír tanto a pequeños como a mayores. Se trata del Museo Andaluz del Juguete Vintage “Regreso a la Infancia”, un espacio singular donde los protagonistas no son ni cuadros ni esculturas, sino los juguetes que marcaron a varias generaciones.

El visitante que cruza sus puertas no encuentra vitrinas solemnes ni pasillos silenciosos, sino un auténtico viaje en el tiempo: muñecas, cromos, videoconsolas, juegos de mesa, tebeos y figuras de acción se exhiben como cápsulas de memoria colectiva. Cada pieza despierta recuerdos y anécdotas; basta con mirar un Madelman, un Exin Castillos o una Game Boy para que afloren las tardes interminables de juegos y meriendas.

El museo alberga más de 4.000 piezas originales, cuidadosamente conservadas, que abarcan sobre todo las décadas de los setenta, ochenta y noventa. La colección no solo tiene valor sentimental, también funciona como un archivo cultural que permite comprender cómo jugaban los niños de hace apenas unas décadas y cómo esos juguetes reflejaban la sociedad de su tiempo.

El nombre no podría ser más acertado: «Regreso a la Infancia». Eso es exactamente lo que sienten los visitantes adultos cuando recorren sus salas, mientras los más pequeños miran con asombro aquellos objetos que para sus padres y abuelos eran lo último en tecnología o la joya más preciada del recreo.

Más que un museo, es un lugar donde la nostalgia se convierte en patrimonio y donde cada juguete cuenta una pequeña historia. Un rincón de Osuna que demuestra que, a veces, los recuerdos también merecen ser conservados en vitrina.