El Ayuntamiento de Utrera ha recibido una importante donación de documentos históricos de gran valor patrimonial y sentimental que pasarán a formar parte del Archivo Histórico Municipal. La entrega fue realizada por Manuel Gómez Machuca y su hija, María Auxiliadora Gómez España, quienes han cedido un conjunto compuesto por 30 piezas documentales y un cenicero de bronce perteneciente a la antigua oficina de Arbitrio Local.
El acto de recepción tuvo lugar en presencia del alcalde de Utrera, Francisco Jiménez Morales, quien expresó su agradecimiento por esta generosa aportación «que enriquecerá el legado histórico de la localidad». En el acto también participaron la primera teniente de alcalde, Consuelo Navarro; la delegada de Cultura, María José García; la delegada de Patrimonio, Isabel González, y el historiador y archivero municipal, Javier Mena, encargado de custodiar y catalogar los nuevos fondos.
Esta donación es fruto de la labor de décadas realizada por la familia Machuca a través del negocio local conocido como «Trapería Machuca», cuya dedicación a la recuperación de documentos permitió evitar la pérdida de numerosas piezas clave para comprender la historia de Utrera.
Entre los documentos más significativos se encuentra una probanza de hidalguía de don Alonso Silvestre Moreno y Figueroa, natural de Utrera, fechada en el año 1701. El expediente incluye una certificación original acompañada de escudos heráldicos que recogen apellidos destacados de la genealogía local como Moreno, Figueroa, Quesada, Balbuenas, Coria, Mérida, Muñoz, Cortegana, Alarás y Millán.
La colección se completa con obras históricas de gran relevancia, como el «Epílogo de Utrera, sus grandezas y hazañas gloriosas de sus hijos», escrito por Pedro Román Meléndez, y la «Descripción de Utrera, fundación y adorno de sus templos», de don Juan del Río y Sotomayor. Ambos textos ofrecen una visión detallada del pasado urbano, patrimonial y social de la localidad.
Igualmente destacable es el «Alegato de la Parroquia de Santiago», datado en 1745, un documento que arroja luz sobre los litigios eclesiásticos entre los principales templos utreranos. A estos se suman numerosos materiales efímeros como cartelillos, hojas volanderas y convocatorias populares del siglo XIX, entre ellas las de las fiestas patronales de Consolación en 1897, homenajes a los hermanos Quintero o reconocimientos a figuras como don Clemente y don Enrique Cuadra.
Esta incorporación supone un importante refuerzo para la conservación de la memoria colectiva de Utrera, y permite seguir construyendo una visión más completa de su historia a través de fuentes originales que, hasta ahora, permanecían fuera del alcance público.
