El 15 de junio de 2013 ocupa ya un lugar muy destacado la historia de Los Palacios y Villafranca y, precisamente, este jueves 15 de junio de 2023, se cumplen diez años de esa fecha emblemática donde la ciudadanía palaciega, de la mano de su Ayuntamiento, hosteleros y productores de tomates, se unieron en un mismo fin: conseguir batir el récord de la “Fritá” de tomates más grande del mundo y entrar en el Guinness World Records.
El éxito fue apoteósico, con miles de participantes en un acto que tuvo resonancia internacional en los medios de comunicación.
La certificadora oficial del Récord Guinness, la británica Kimberly Dennis, avaló los 2662 kilos netos de tomates conseguidos, que superaron con creces los 1200 kilos anteriores. De ese modo, como indicó el alcalde Juan Manuel Valle, Los Palacios y Villafranca se convirtió en la «capital mundial del tomate».
Pero además, significó la unión de todo el pueblo tras un objetivo común. La iniciativa partió del expresidente de la desaparecida asociación de empresarios Alacipa, Antonio Gamero, y fue acogida con entusiasmo por un grupo de restauradores locales y la Asociación de Productores del Tomate, integrada por las cooperativas Las Nieves y Parque Norte, y la sociedad agraria de transformación Frupal junto con el Ayuntamiento.
Así se hizo la «fritá» palaciega de Récord Guinness
Fueron necesarios 5500 kilos de tomates, de la variedad «Matías», unos 150 litros de aceite de oliva virgen extra, 200 kilos de pimientos, 400 kilos de cebolla, 20 kilos de ajos y 15 kilos de sal, además de azúcar, tomillo, hierbabuena y chile y más de siete horas y media de cocción.
Todo ello para que a las 13:30 horas de aquel sábado, 15 de junio de 2013, la «fritá» estuviese lista, exigencia que marcaba el Récord Guinness para conceder la certificación oficial.
El Parque de Los Hermanamientos fue una fiesta, aglutinó a miles de vecinos y visitantes expectantes ante el reto que se había propuesto la localidad palaciega y del que resultó vencedora.
Los jefes de cocina de los restaurantes La Pachanga, Manolo Mayo, Casa Juanma, La Liebre, Bar Troncoso y Casa Moral, encabezados por el querido y añorado Rafael Pérez, supervisaron en todo momento que los preparativos se llevaran a cabo con las medidas higiénicas y de sanidad indicadas para la manipulación de alimentos.
Fueron jornadas muy intensas con más de cien voluntarios que se concentraron en la Cooperativa de las Nieves el día anterior para preparar y trocear los tomates y demás ingredientes. También se contó con la participación de las hermandades palaciegas que gestionaron las barras y el reparto del total de la sabrosa “fritá” de la que no sobró ni un solo plato.
En cuanto al recipiente rectangular donde se cocinó, fabricado ex profeso por la empresa ICM Calderería, también sus dimensiones fueron colosales: 4,5 metros de largo por 2 de ancho, con algo más de 50 centímetros de profundidad y 640 kilos de peso.