El consejero de Salud, Aquilino Alonso, ha señalado que sólo existe «un caso confirmado» y otro «aún por confirmar» de fiebre Q en el municipio de Lora del Río. Ha mandado un mensaje de tranquilidad recordando que se trata de una afección leve.
El consejero de Salud de la Junta de Andalucía, Aquilino Alonso, en relación al brote de fiebre ‘Q’ detectado este jueves en el municipio sevillano de Lora del Río, ha asegurado que, de momento, «solo existe un caso confirmado, mientras que otro está por confirmar» y que esta enfermedad «normalmente cursa de una forma muy leve».
En declaraciones a los periodistas que recogen agencias, Alonso ha querido lanzar un mensaje de «tranquilidad» a los ciudadanos preocupados por esta situación provocada por la bacteria ‘Coxiella burnetti’ y anunciada este jueves por el alcalde de Lora del Río, Antonio Miguel Enamorado (PP).
La propagación de la fiebre ‘Q’ se hace a través de excrementos de animales y la inhalación de polvo contaminado por las mismas heces, por lo que «no hay una transmisión entre personas», momento que ha aprovechado para recalcar que se procederá a aplicar un criterio preventivo, «como la vacunación de la cabaña ganadera» que existe en la localidad loreña. En la misma línea, el consejero ha recordado que todos los años «se produce algún caso de fiebre ‘Q'», pero, incide, «es una enfermedad que cursa de forma leve».
¿Qué es la fiebre Q?
Es una infección causada por la bacteria ‘Coxiella burnetii’. Esta bacteria se encuentra frecuentemente en el ganado, vacuno, ovejas y cabras y en otros mamíferos domésticos. No produce sintomatología en los animales (eventualmente se podría producir aborto esporádico) pero es contenida en la leche así como en los fluidos corporales.
Los animales esparcen esta bacteria a través de los productos del parto, los excrementos, la leche o la orina. Generalmente, los humanos adquieren la fiebre Q al inhalar gotitas contaminadas expulsadas al aire por los animales infectados.
Suelen transcurrir alrededor de 20 días después de la exposición a la bacteria para que se presenten los síntomas. La mayoría de los casos son leves. Los síntomas suelen ser tos seca, fiebre, dolor de cabeza, dolores articulares o musculares. El tratamiento consiste en la ingesta de antibióticos, especialmente, doxicilina.
