Así nos manejan, como fichas de dominó. A veces juegan con nosotros, otras nos dirigen para formar un mosaico que un simple dedito tira al mover solo una ficha.

¿Qué hemos aprendido de la crisis del coronavirus?

Seguramente nada. En 1800 con la fiebre amarilla pasó algo muy parecido. Con la gripe española ídem de lo mismo. Encontramos antídotos para unas vacunas a coste de cientos o miles muertos, aunque en la siguiente plaga volvemos a la casilla de salida.

“It is crazier than a bed bug”

¿Qué ha dejado al descubierto el coronavirus?

Son muchos los detalles, si queremos verlos, que podemos apreciar de todo esto. Y ahora sí, quien quiera, que tome nota.

Las megalópolis son un hormiguero humano donde la dignidad de la especie humana se va por el retrete. El ritmo competitivo del sistema económico es irreal absolutamente, nadie parte con las mismas condiciones y el nivel de fracaso que deriva en una depresión es altísimo, ya que conduce a muchas personas a encarar una vida para la que no están adaptados; a ello sumamos la centenas de miles que solo ocupan sectores de servicios para las que el techo de cristal está alto, transparente e intocable. En definitiva, una vida pobre, como pobre.

La falta de salubridad, la poca calidad de vida, el hacinamiento en que viven muchos ciudadanos en estas ciudades los introduce en un bucle miserable. Para colmo, las autoridades dejan a la intemperie muchas partes de las ciudades que se convierten en guetos; así, propagar un virus no es difícil.

“Nuttier than a fruit cake”.

Los estados que han desvalijado el sistema sanitario público no han podido reaccionar a tiempo. La carencia de productos sanitarios, de lugar físico donde realizar pruebas, de espacios para hospedar a los enfermos, de personal sanitario, además de la obstrucción, por temporadas, a la asistencia médica a personas que no están regularizadas, todo ello ha multiplicado el pánico, la histeria y ha favorecido que los lugares de curación fueran nidos de contaminación.

Esos estados han denigrado malintencionadamente a la ciencia. En España y en Italia han propiciado esa falta de horizontes para aquellos científicos cuyos sus proyectos no han  tenido viabilidad.

Todavía hay más, los más vulnerables son aquellos que peor condición física tienen. ¿Qué tipo de alimentación estamos llevando? Los pollos hormonados, pescados de aguas contaminadas, verduras modificadas, la comida precocinada van en auge, con lo bien que nos iba con la dieta mediterránea. ¡Qué difícil es conseguir alimentos frescos en condiciones! ¡Y más caro también!

“To be as mad as a hatter”

Indistintamente de la dieta, el aire que respiramos quienes vivimos en las ciudades es perjudicial en sí, obviamente, un agente viral va encontrar un buen número de personas sensibles para su desarrollo y expansión.

Las personas mayores no tienen lugar a día de hoy en las ciudades porque no están siendo planificadas para todo tipo de personas, al contrario, me doy con un canto en los dientes si hay un barrio que cuente con todo para todos. A no ser que lo pagues, si tienes manteca (money) podrás vivir en un chalet adosado con protección privada.

La publicidad gratuita. La cantidad  de personajes contando mentiras e incoherencias durante meses han creado un caldo de cultivo para alarmar, alertar, asustar, amenazar…a todo ser viviente. ¿Era necesario?

¿Qué finalidad tiene todo este miedo?

Otro detalle. Seguimos en una guerra comercial. España, el formalmente estado del que formamos parte, tiene su ejército bajo supervisión de EEUU. Las empresas armamentísticas españolas van de la mano del amo, eso sí, algunas veces venden petardos a quien el amo no quiere, aunque él lo haga.

¡Qué casualidad que en  el país con quien EEUU estaba en conflicto serio fue donde se originó todo! Eso sí, China  también cumple con todo lo descrito anteriormente.

Italia, que había ido un poco por su cuenta, firmó un acuerdo estratosférico con China. ¡Zasca! Vuelvo a repetir, también ha cumplido con todo lo anterior, desmantelamiento del sistema sanitario, desatención médica a terceros, carencias de recursos para ciertos barrios donde mayoritariamente vive la gente más vulnerable…

Para terminar el trío, el reino mesetero. ¡Cómo se ha propagado el virus en las zonas donde los hospitales privados (y concertados) son mayoritarios! ¿Y por qué no se atajó antes? ¡Cómo hacen caja con las pruebas para saber si se tiene el virus! desde 200 a 800 euros. ¡Qué insulto!

Cuando distribuyes la red de riquezas de forma radial, al cerrar el centro, lo  bloqueas todo, no porque no la genere, sino porque no se mueve. Un ejemplo: ¿Cómo voy a Toledo desde Córdoba en tren sin pasar por Madrid? Al igual que en Italia se repite cada tópico descrito anteriormente.

Aquí en London, no pasa nada. Seguimos como si nada. Ayer habló Prime Minister y nos quedamos saladísimos (léase con ironía).

“He got a screw loose”

Nos dijo que iban a morir mucha gente querida, que lo peor estaba por venir, pero que seamos fuertes y felices. Algún asesor o varios le habrán explicado que la característica del coronavirus es letal para un gran segmento de la población: los débiles de salud, los que tienen pocos ingresos, quienes tienen poca o nula movilidad, los que carecen de cultura de la higiene y también quienes no tienen familiares o amigos que les puedan ayudar. Muchos de ellos pasan semanas sin mantener una conversación con nadie. Mucha de la vida social es decir: Good Morning. How much? Thank you. Bye.

De momento lo único que se hace desde NHS es preguntar si han viajado a Italia o China y decirle a la persona que no salga de su casa,  y que se automedique. También puedes llamar al 111, rellenar un formulario telemáticamente que te pueda dar desde embarazo a coronavirus cambiando solo una respuesta. Fiabilidad poca. Sólo está abierto al público la Urgencia.

La sanidad universal es indispensable. Necesitamos inversión. Tenemos gente y hay mucho cerebro para mejorarla. Únicamente no es el capital humano, falta el financiero. La privada no va invertir en pacientes, solo en accionistas.

Tranquilidad, ser razonables, tengamos cabeza y no votemos a quienes quieren quitar el derecho a la vida. Sin Sanidad Pública, no hay derecho a la vida. Salud es vida.

Natural de Sevilla; en la Rábita, el mar me bautizó; aprendí a caminar y hacer travesuras como cazallero; en Dos Hermanas la escuela me dio alas, la Hispalense un motor; luego en México, bravura y...