Hay quien habrá podido zamparse, incluso con poco trabajo, el argumento de «facilitar la gobernabilidad»». Mucha otra gente, aún alucinamos en colores al pensar lo que está pasando en el Partido Socialista Obrero Español, si es que aún quieren llamarse así, que lo mismo un cambio de nombre es buena idea.
Creo que hace años ni en sueños habríamos podido creer, que de la forma que fuera, el PSOE iba a apoyar un gobierno del PP, y no cualquier PP, el más corrupto del que hayamos tenido conocimiento, aunque claro, tal vez es ese el punto que más puede unir a estos dos partidos. Al fin y al cabo, llevamos una semana en que Javier Fernández intenta minimizar las declaraciones de Correa, por algo será.
Susana Díaz no quería pronunciar la palabra «abstención». Siendo una de las principales promotoras de la idea (no queda tan lejos el descabezamiento de Pedro Sánchez como para que no lo recordemos) a nuestra presidenta le cuesta pronunciar el término, salvo cuando lo ha votado, que lo ha dicho alto y claro.
La excusa de evitar unas terceras elecciones casi resulta creíble, y digo casi porque no sé si habrá terceras elecciones, a estas alturas poco sabemos, pero lo cierto y verdad es que habrá unas próximas elecciones. En dos meses, en doce meses, en cuatro años… Da igual, habrá elecciones en algún momento, algún día, y tal vez para entonces los resultados electorales del puño y la rosa sean peores que los actuales, porque sí, hay cosas que sólo pueden ir a peor.
Hace años que no voto al PSOE, y no hace mucho, dije por aquí que dudaba si volvería alguna vez a hacer tal cosa. Hoy día mi voto es prácticamente irrecuperable, y dudo que sea la única persona en este país que piense de ese modo.
El suicidio tradicional japonés, seppuku o harakiri, pretendía, a la vez que castigaba, restablecer el honor perdido. Una curiosa forma desde luego, pero no paro de darle vueltas a esa paradoja.
El PSOE intenta evitar el descalabro que podrían sufrir en unas terceras elecciones, vamos a quedarnos con esa premisa porque lo de que España merece un gobierno no se lo cree nadie tratándose del gobierno que nos van a colocar. Pero la cuestión es ¿qué descalabro va a ser peor? ¿el que evitan ahora o el que sufrirán a largo plazo?
La fauna politológica, con opiniones para todo, anda algo desconcertada. Para bien o para mal, en este país se están viviendo tantas cosas que no entraban en las quinielas, que hay que andarse con pies de plomo; aunque la abstención flotaba en el ambiente desde hace meses.
Hay quien, desde la tribuna analítica, aboga por la disciplina de partido y la importancia que esta tiene. Supongo que en un suicidio colectivo tienes la tentación de quedarte en pie, mirando como el resto cae… La disciplina impide algo así, a la vez que ofrece una falsa imagen de partido compacto, como si dentro de la formación socialista todo el mundo hubiera asumido con naturalidad que quienes les votaron querían que gobernara Rajoy.
En Ferraz han intentado llevar a cabo una explosión controlada, pero han realizado un suicidio colectivo, más parecido al de una secta demente que al de unos samuráis en busca del restablecimiento del honor perdido.
