El PP de Juanma Moreno es un lobo con piel de cordero. El presidente de la Junta de Andalucía ha gobernado durante siete años con cierta comodidad con la aureola de moderado y la percha de bonachón. Sin embargo, cuando vienen mal dadas, el PP saca su verdadera cara y actúa con formas «ayusadas» más propias del PP madrileño que del presidente andaluz. La gestión desgasta a todos los gobiernos y el Ejecutivo andaluz se ha encontrado de sopetón un gran problema a las puertas de un año electoral. Aunque los populares finjan tranquilidad y moderación, la realidad es que existen miedos y preocupaciones.
Es sintomático cómo algunos de los perfiles más duros del PP en Sevilla han salido hoy a ridiculizar una protesta que ha reunido en las puertas de San Telmo a miles de mujeres. Unas 4500, según datos de la Policía Local de Sevilla, dependiente del gobierno popular de José Luis Sanz, y 8500, según la Policía Nacional y la Subdelegación del Gobierno, en manos de los socialistas. Pero en el fondo, da igual si son mil más o mil menos, porque la reacción de furia de ciertos dirigentes del PP hacia las mujeres hubiera sido la misma.
El portavoz parlamentario del Grupo Popular, el sevillano Toni Martín, ha dicho que ha sido un «fracaso absoluto» pese a que «los ayuntamientos gobernados por la izquierda y los sindicatos han pagado autobuses con dinero público y han movilizado a sus militantes». El subdelegado del Gobierno de la Junta en Sevilla y presidente del PP, Ricardo Sánchez, ha afirmado que «la carrera solidaria contra el cáncer infantil del Parque del Alamillo ha reunido más personas que manifestantes en San Telmo traídos con autobuses fletados» y que «la gente sin consignas no apoya la ruin politización del cáncer de mama».
Ambas reacciones demuestran el miedo que tiene el PP en estos momentos a la movilización social. Quizás para Martín y para Sánchez, dos de los nombres con más poder en el PP de Sevilla, pagar autobuses con dinero público para actos y reivindicaciones sólo es condenable cuando lo hacen partidos y sindicatos de izquierdas. Hay que recordar que el PP de Sevilla, con cargo al Grupo de la Diputación, pagó en 2011 casi 35.000 euros de fondos públicos para llenar de militantes y simpatizantes un gran mitin en el cierre de campaña de las elecciones municipales, según publicó Diario de Sevilla. Tampoco hay que rebuscar mucho en la hemeroteca para recordar cuando el PP fletaba desde Andalucía autobuses para unirse a mítines con Vox y Ciudadanos para que sus militantes gritasen «Perro Sánchez, hijo de puta». Vamos, que están Toni y Ricardo para dar muchas clases de ética y moral.
Las lecciones de dignidad que imparte el PP y sus dirigentes dan tanta pena como las afirmaciones condescendientes del nuevo consejero de Salud, Antonio Sanz, que se dirige a las mujeres siempre desde «el cariño». Tanto unas como otras siguen patrones machistas tratando de desacreditar las protestas desde el paternalismo. Las mujeres no son nadie sin los autobuses del PSOE, claro. El caos en el cribado ha sacado a la luz algo más que un grave problema de la sanidad andaluza. Ha desvelado sin duda la verdadera cara del PP, un lobo con piel de cordero.
