La irrupción de la inteligencia artificial en el mundo digital está cambiando las normas del juego a un ritmo vertiginoso. Lejos quedan ya los clásicos bots de conversación que nos daban respuestas genéricas y poco acertadas a nuestras preguntas; ahora la IA no solo es capaz de mantener conversaciones naturales gracias a su aprendizaje y procesamiento del lenguaje natural, sino que ya hemos traspasado la línea en la que es difícil distinguir si tenemos al otro lado de la pantalla a un personaje virtual o a una persona real. Lo que antes era impensable, ahora es una realidad.

Su impacto está siendo particularmente profundo en las redes sociales. Marcas y empresas de todo el mundo comienzan a invertir en desarrollar influencers virtuales frente a los tradicionales creadores de contenido humanos, quienes ven peligrar seriamente su hasta ahora privilegiada posición.

Lo cierto es que hacer crecer un perfil de un influencer virtual es realmente sencillo. Además de simplemente ser constantes con el contenido, basta con recurrir a empresas especializadas en el marketing social tipo 100Seguidores, para aumentar casi al instante la credibilidad y visibilidad de cualquier cuenta. Una estrategia habitual y utilizada también por los influencers reales de todo el mundo, quienes ven cómo cada día es más difícil competir con estos personajes virtuales a casi todos los niveles.

La batalla digital por captar la atención de patrocinadores, marcas, empresas y negocios entre influencers virtuales y creadores reales está servida. La cuestión que se plantean muchos ahora mismo es, ¿quién la está ganando?

Ventajas que ofrecen los influencers virtuales

A pesar de que los influencers virtuales generados por IA son relativamente nuevos en el sector, su adopción y crecimiento está siendo meteórico. Su éxito se debe a varios factores concretos:

  1. Ahorro de costes y mayor control: Un avatar virtual nunca se pondrá enfermo, ni exigirá subidas de sueldo. Con la cantidad de herramientas IA disponibles actualmente, crear un influencer virtual es mucho más barato para las empresas que pagar a un creador real para que promocione el mismo contenido. Por otra parte, todas las publicaciones están controladas de manera precisa, ya que todo en ellos está planificado y es programable.
  2. Mayor rendimiento: La verdadera prueba de fuego es conocer si el público realmente acepta los influencers virtuales, y los resultados hasta ahora son muy positivos. En China, por ejemplo, plataformas como Baidu han realizado transmisiones en vivo con presentadores generados por IA que impulsaron las ventas de productos en aproximadamente un 30% casi de inmediato.
  3. Escalabilidad: Mientras que los influencers humanos tienen sus límites, los influencers virtuales pueden publicar las 24 horas del día, chatear con sus seguidores en varios idiomas y mantener cada campaña promocional perfectamente alineada con el mensaje de la marca.

La importancia del factor humano

La tecnología de la inteligencia artificial es imparable. Puede ofrecer a las marcas y empresas una buena serie de beneficios y ventajas como hemos visto, que difícilmente puede igualar un creador de contenido humano. Pero lo cierto es que la autenticidad sigue teniendo su público fiel, y si hay algo que la IA no puede imitar es la esencia que nos hace humanos.

Una vez superado el shock inicial de la novedad, es decir, el hecho de poder ver avatares digitales ejerciendo como influencers que aparentan ser reales, las aguas parecen volver a su cauce lentamente en el mundo digital. Los expertos en marketing comienzan a comprender que mucha gente no apoya o sigue a los creadores de contenido simplemente por lo que promocionan o por cómo lo hacen, sino por su factor humano o las características personales con las que se identifican.

La falta de autenticidad en los influencers virtuales está causando, curiosamente, un efecto negativo en muchos consumidores. La mayoría de la población que consume contenidos digitales, ha crecido ya rodeados de anuncios, bots y todo tipo de ruido digital, así que están alerta en todo momento. Si perciben que les están intentando vender algo prefabricado, lo ignoran. La confianza es emocional, algo que un avatar digital no puede generar. En el momento en que el público se siente engañado, se vuelve en contra y, tras perder la confianza de alguien, es casi imposible recuperarla.

Los influencers virtuales y reales en cifras

Para comprender mejor quién está ganando la batalla entre influencers virtuales y creadores humanos, debemos echar un vistazo a las cifras.

Los influencers virtuales ya no son solo un experimento. Los datos de diferentes campañas de marketing en todo el mundo, muestran que pueden generar hasta un 3 % más de interacción que sus homólogos humanos y, de hecho, concentran ya el 36% de las interacciones en redes sociales. Otro estudio, llevado a cabo por HypeAuditor, afirma que los influencers virtuales con más de un millón de seguidores alcanzan una tasa de interacción del 2,89 %; mientras que los influencers humanos con la misma cantidad de seguidores suelen tener una tasa de interacción cercana al 1 %.

El enorme flujo de dinero que se está invirtiendo en el sector explicaría también el gran interés de las marcas y empresas. El marketing de influencers en su conjunto está valorado en unos 32.500 millones de dólares a mediados de 2025, y los analistas prevén que supere los 40.000 millones de dólares en los próximos años. El mercado está indudablemente creciendo, lo que significa más espacio para que tanto las personalidades humanas como las virtuales sigan expandiéndose.

Un particular campo de batalla en este sentido es la Generación Z, nativos digitales habituados a utilizar las redes sociales e Internet en su día a día, pero cuya opinión está realmente dividida y puede marcar la pauta para el futuro del marketing de influencers. Cerca del 45% de los jóvenes estadounidenses siguen a un influencer virtual y el mismo porcentaje confía más en las marcas que los utilizan que en las que recurren a influencers humanos.

El siguiente paso en el marketing de influencers

Expertos y analistas del sector apuntan a que el futuro del marketing de influencers pasará por un modelo híbrido, con colaboraciones entre humanos y la inteligencia artificial. A través de la IA, los influencers virtuales pueden generar infinitas variaciones, probar múltiples tonos y analizar los datos en tiempo real; mientras que los influencers humanos aportan los matices, la confianza y la inteligencia emocional que el público reclama. Combinando ambos se puede desarrollar un ciclo dinámico de rendimiento y personalidad en la que la IA abre las oportunidades y los humanos cierran los tratos.

Las empresas y los especialistas en marketing empiezan a utilizar la IA como un complemento a los creadores de contenido reales, no como un reemplazo, apostando mayormente por los microinfluencers para centrarse en nichos concretos, ya que, además de generar mayor confianza entre sus seguidores, sus tasas de interacción suelen ser mucho más altas que las de los macroinfluencers con millones de seguidores. En este sentido, el toque humano seguirá siendo imprescindible, particularmente para marcas y negocios más locales donde se necesitan influencers que conozcan en detalle esa comunidad concreta.

Si bien podemos hablar a día de hoy de una “batalla” entre influencers virtuales y creadores de contenido humanos, el futuro no será una batalla de eliminación directa entre ambos, sino un futuro colaborativo en el que los avatares virtuales captan la atención de los consumidores y los humanos conquistan los corazones.