Europa conmemora el lanzamiento del primer satélite de comunicaciones remarcando que el ‘Plan de Recuperación’ del próximo año invertirá 200.000 millones de euros en extender la banda ancha en todo el territorio comunitario.

Sevilla Actualidad/SINC. Cuando se lanzaba el primer satélite de comunicaciones el 18 de diciembre de 1958, resultaba difícil imaginar la trascendencia que tendría esa innovación técnica para conformar la sociedad tal y como la conocemos hoy. Han pasado 50 años y, si bien la idea en la que se basa esta infraestructura básica permanece inalterada, conectar puntos distantes entre sí a través de un transmisor de radio que orbita en el espacio, los servicios y los alcances de los satélites han revolucionado las comunicaciones globales, gracias a la TV de alta definición, al internet inalámbrico, a las comunicaciones de emergencia o a los teléfonos móviles, por citar algunos ejemplos.

Hoy, los satélites proporcionan una red de seguridad invisible, una espina dorsal global, en la que se basa la mayoría de nuestras comunicaciones actuales. Y es posible que se hagan todavía más relevantes en el futuro cercano si la UE desea alcanzar los objetivos establecidos en el Plan de Recuperación que se lanzará el próximo año para estimular las economías europeas y mitigar los efectos de la crisis financiera global.

El plan establece un estímulo con plazos establecidos, dirigido y temporal, por un valor aproximado de 200.000 millones de euros, aproximadamente el 1,5% del PIB de la UE, que incluye numerosas «inversiones inteligentes» para generar crecimiento a largo plazo a través de la iniciativa emprendedora, la investigación, la innovación y el acceso a la tecnología. Una de esas medidas concretas es la movilización de 5.000 millones de euros para mejorar las conexiones de la red eléctrica y la infraestructura de banda ancha en toda Europa.

Internet de banda ancha se ha convertido gradualmente en un servicio esencial para reforzar la competitividad y el crecimiento económico en la UE. El objetivo es que el 100% de Europa cuente con cobertura de este servicio en 2010. Para ello, la Comisión Europea y los Estados miembros colaborarán con las partes interesadas «con el fin de acelerar la modernización y la ampliación de las redes». Asimismo, está previsto el apoyo a dicha estrategia con fondos públicos en áreas con servicio insuficiente y áreas de coste elevado, en las que «el mercado no puede prestar ni prestará dichos servicios».

La puesta en marcha de servicios DSL ( Línea del Subscriptor Digital, por sus siglas en inglés, es decir banda ancha fija) y de cable ha crecido «de modo constante» en las ciudades, aunque en las zonas remotas de la UE el despliegue de dichas tecnologías es, en el mejor de los casos, poco atractivo desde el punto de vista comercial, y en el peor de los casos, considerablemente más costoso que otras alternativas.

Según la última revisión i2010 publicada el pasado mes de abril, el servicio DSL está ahora disponible en el 89% de las líneas telefónica de los países UE25, pero el porcentaje ha comenzado a estancarse, mientras que otras tecnologías alternativas continúan siendo marginales. En el caso de áreas rurales, en países como Grecia, República Checa, Malta, o Chipre, no existe ninguna cobertura DSL.

Ciudadanía olvidada

Por esa razón, Giuliano Berretta, presidente de la Asociación Europea de Operadores de Satélites ( ESOA , en inglés), en una carta que ha enviado recientemente al presidente de la Comisión europea José Manuel Durao Barroso, recordaba que los satélites que se encuentran en órbita actualmente pueden ayudar a alcanzar ese objetivo, como tecnología independiente, o contribuyendo al despliegue y a la capacidad de otros sistemas de comunicaciones terrestres «para llegar a la ciudadanía que de otro modo permanece olvidada y desconectada debido a su ubicación en lugares remotos o rurales».

En ese sentido, animó a Barroso a reconocer el papel crucial que pueden desempeñar las comunicaciones vía satélite en el Plan de Recuperación. «Es de interés público recurrir a una solución tecnológica que alcance ese objetivo, del modo más efectivo en costes y en tiempo posible, pues los satélites ya están en el espacio y pueden ofrecer esos servicios de modo respetuoso con la naturaleza, ya que utilizan energía solar y su vida útil es de más de 15 años», ha escrito Berretta.

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