Al menos 15 personas han perdido la vida y otras 18 han resultado heridas —cinco de ellas en estado grave— tras el descarrilamiento del funicular del Elevador de la Gloria en Lisboa, Portugal este miércoles. Según el último balance de las autoridades locales, el Gobierno portugués ha decretado un día de luto nacional y tres de carácter municipal.
Un portavoz del Instituto Nacional de Emergencia Médica informó desde el lugar de los hechos que entre los heridos hay trece en estado leve, incluido un menor y una mujer surcoreana. Todos los afectados fueron trasladados a los hospitales San José, San Francisco Xavier y Santa María.
El accidente ocurrió pasados unos minutos de las 18:00 horas (19:00 horas en la península española) debido a un cable suelto, aunque las primeras hipótesis apuntan también a un posible fallo en los frenos. El funicular se precipitó hasta colisionar contra un edificio, quedando reducido a escombros.
Más de una veintena de vehículos terrestres y 62 efectivos de Bomberos participaron en las labores de rescate, mientras la Policía Judicial se desplazó para investigar lo sucedido. La Avenida de la Libertad permanece cerrada al tráfico entre la calle Alegría y la plaza Rossio.
La Fiscalía de Portugal ha abierto una investigación para esclarecer las causas del siniestro. El Ministerio Público confirmó que se están llevando a cabo las diligencias necesarias para preservar pruebas en coordinación con la Policía Penal.
Por su parte, la empresa Carris, responsable del Elevador de la Gloria, aseguró que se habían cumplido todos los protocolos de mantenimiento. El último mantenimiento general, que se realiza cada cuatro años, tuvo lugar en 2022, mientras que las reparaciones provisionales, realizadas cada dos, se efectuaron en 2024.
Reacciones políticas
El presidente Marcelo Rebelo de Sousa lamentó “profundamente” el accidente y trasladó sus condolencias a las familias de las víctimas, deseando que las autoridades competentes esclarezcan pronto lo ocurrido.
El primer ministro, Luís Montenegro, expresó su “consternación y solidaridad” y destacó que los equipos de emergencias actuaron desde el primer momento con instrucciones claras para apoyar a las víctimas. Subrayó también la coordinación constante con el Ayuntamiento de Lisboa.
El alcalde de la capital, Carlos Moedas, declaró que “Lisboa está de luto” y calificó el momento como “trágico” para la ciudad. Insistió en que lo importante ahora es “apoyar a las familias, atender a los heridos y dar a las autoridades todo lo necesario para su labor”.
El Elevador de la Gloria, con capacidad para 43 pasajeros, es uno de los transportes turísticos más populares de Lisboa. Ya sufrió un descarrilamiento en mayo de 2018, que mantuvo el servicio suspendido durante un mes, aunque en aquella ocasión no hubo heridos.