Estragos ocasionados por la DANA, a 5 de noviembre de 2024, en Catarroja, Valencia, donde trabajan los bomberos sevillanos - Matias Chiofalo - Europa Press

La devastadora DANA que ha afectado recientemente a Valencia ha movilizado una ola de solidaridad ciudadana. Muchos vecinos, tanto anónimos como figuras públicas, han impulsado campañas de recaudación de fondos para ayudar a los afectados por la catástrofe. Las donaciones, que en algunos casos han superado los 400.000 euros, se han gestionado principalmente a través de Bizum en redes sociales y plataformas de crowdfunding. Sin embargo, detrás de esta generosidad, existen impuestos que tanto donantes como beneficiarios deben tener en cuenta.

Según los expertos de la plataforma TaxDown, estas donaciones realizadas a particulares no ofrecen deducciones fiscales en la declaración de la Renta, pues solo son deducibles aquellas dirigidas a entidades de mecenazgo oficialmente reconocidas. Además, quienes reciben estas donaciones pueden enfrentarse al pago de impuestos en el próximo ejercicio fiscal si no logran justificar los fondos como donación. Este tipo de ingreso, clasificado en la casilla 304 de la declaración como “otras ganancias patrimoniales”, puede ser gravoso para los beneficiarios, especialmente si han recibido cantidades importantes.

La carga fiscal varía según la comunidad autónoma. Por ejemplo, una vecina de Valencia que reciba 15.000 euros en donaciones podría tener que abonar más de 5700 euros en impuestos, mientras que en Madrid esa cifra se reduce a 4793 euros.

Ventajas fiscales de las donaciones a entidades de mecenazgo

Por otro lado, las personas que decidan contribuir a través de entidades de mecenazgo (fundaciones o asociaciones de utilidad pública amparadas por la Ley 49/2002) pueden beneficiarse de deducciones en el IRPF. Este año, quienes realicen donaciones a este tipo de entidades podrán deducirse hasta el 80% de los primeros 250 euros donados, y el 40% del resto de la donación. La deducción aumenta al 45% si la donación ha sido recurrente en los últimos dos años, superando así los beneficios fiscales disponibles en años anteriores.

Como ejemplo, una persona que done 400 euros este año a una ONG para apoyar a los damnificados por la DANA podría deducirse 260 euros en su próxima declaración de la Renta.

Si bien las campañas de recaudación tras la DANA han demostrado una gran generosidad y empatía, tanto donantes como beneficiarios deben ser conscientes de las implicaciones fiscales. Optar por realizar las donaciones a través de entidades de mecenazgo reconocidas no solo asegura una ayuda efectiva para los damnificados, sino que además permite a los donantes beneficiarse de mayores deducciones en su Renta.