El cannabis ya es legal en España. La sustancia, aunque siempre ha estado sujeta a una fiscalización, ahora ya se podrá formular en hospitales y la recetarán los profesionales que sean autorizados. Ha sido el Consejo de Ministros el que ha aprobado el Real Decreto que regula el uso de “fórmulas magistrales tipificadas”. Así lo ha definido Sanidad, aclarando que su función será únicamente medicinal.

«La evidencia científica avalada por organismos internacionales ha demostrado beneficios en algunas condiciones clínicas», ha asegurado el Ministerio. Lo cierto es que, en supuestos como la espasticidad —condición que causa rigidez y espasmos musculares involuntarios— en la esclerosis múltiple y otras dolencias, se ha demostrado que el uso de determinados medicamentos resulta ser insuficiente frente al cannabis, que supone una potencial alternativa. Aún no se tienen detalles de las condiciones concretas en las que se podrán elaborar, dosificar y prescribir los usos autorizados de la sustancia. La ministra, Mónica García, ha anunciado que en un plazo de tres meses podrán conocerse estos datos a través de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).

Condiciones de prescripción y consumo

Aunque el cannabis siempre se ha visto de forma recreativa, sus usos pueden ser muy variados. La crítica hacia su consumo siempre ha estado dirigida al THC, que es lo que genera efectos psicoactivos. Respecto a esto, la cantidad contenida en las dosis recetadas serán muy bajas, de manera que los compuestos que contengan más de un 0,2% de THC estarán sujetos a una “fiscalización adicional”. Anteriormente ya se permitía el compuesto con CBD (el cannabidiol), sustancia que no causa resultados eufóricos ni alteradores. No obstante, a menudo se ha abusado de su consumo, pues sí puede llegar a cumplir una función relajante.

Los especialistas de las patologías concretas en las que se recomiende su consumo serán quienes estarán autorizados a prescribir las dosis. Concretamente, «cuando existan razones clínicas documentadas para su uso», ha aclarado Sanidad. Además de la prescripción, los sanitarios tendrán que hacer un seguimiento exhaustivo para evaluar el éxito del empleo del cannabis en los tratamientos y la aparición de efectos adversos. Los laboratorios que fabriquen y distribuyan estarán obligados a garantizar el buen funcionamiento de todo el proceso, teniendo que auditar toda la cadena de suministro.