La Tierra ha vuelto a sorprender a científicos y cronometristas. Este jueves 5 de agosto de 2025 se ha registrado como uno de los días más cortos de la historia reciente, con una duración ligeramente inferior a las 24 horas estándar. Aunque la diferencia es mínima —entre 1,25 y 1,51 milisegundos menos—, este fenómeno no es anecdótico: forma parte de una tendencia creciente que lleva años captando la atención de la comunidad científica.

Un giro cada vez más rápido

Desde hace décadas, los relojes atómicos han permitido medir con altísima precisión la rotación de la Tierra. A partir de 2020, los registros comenzaron a mostrar una aceleración progresiva del giro terrestre. El récord absoluto se estableció el 5 de julio de 2024, cuando el planeta completó su rotación 1,66 milisegundos antes de lo habitual. Ahora, el 5 de agosto de 2025 se suma al podio de los días más cortos jamás medidos.

¿Por qué gira más rápido la Tierra?

Aunque parezca sorprendente, la rotación de la Tierra no es constante. Varios factores influyen en su velocidad:

  • Cambios en el núcleo interno líquido del planeta.
  • Variaciones en la atmósfera y los océanos.
  • Fenómenos geofísicos como terremotos.
  • La posición de la Luna, cuya inclinación puede alterar ligeramente el equilibrio rotacional.

Además, el deshielo polar y el movimiento de masas en la superficie terrestre también influyen en esta aceleración.

¿Nos afecta este cambio?

En el día a día, estas variaciones de milisegundos no tienen un impacto perceptible. Sin embargo, pueden generar desafíos técnicos en sistemas que requieren sincronización extrema, como las telecomunicaciones, los satélites GPS o las redes informáticas globales.

Si la tendencia continúa, los expertos advierten de una posible medida sin precedentes: introducir un «segundo intercalar negativo», es decir, restar un segundo al tiempo universal coordinado (UTC) para compensar el adelanto acumulado. Esta corrección podría producirse entre 2029 y 2035.

La importancia de medir el tiempo

Aunque parezca una curiosidad, el hecho de que la Tierra esté girando cada vez más rápido nos recuerda que incluso los elementos más estables de nuestra vida —como el paso del tiempo o la duración de un día— están sujetos a cambios. Y en un mundo cada vez más dependiente de la precisión, medir el tiempo se ha convertido en una ciencia vital.

Así que, aunque no lo hayas notado, este 5 de agosto ha sido ligeramente más corto de lo habitual. Y todo indica que no será el último.