Jóvenes utilizando el móvil / SA

Internet, las redes sociales, los smartphones y el resto de dispositivos digitales se han convertido en los últimos años en las herramientas por excelencia para la extensión de los llamados retos virales o social challenges, que son acciones que se proponen en el entorno digital y que invitan a ser llevadas a cabo por parte de usuarios de todo el mundo.

Los retos virales pueden ser cómicos o inocentes como el llamado “10 Years Challenge”, en el que se comparan fotos de hace años con otras de la actualidad; y otros nacen con un fin solidario, como el “Ice Bucket Challenge”, en el que sus protagonistas –incluidos personajes famosos- se echaban cubos de agua helada para concienciar sobre la ELA.

Sin embargo, en los últimos tiempos la gran mayoría de los retos rozan lo absurdo y conllevan un riesgo para las personas. Es el caso del denominado “In My Feelings Challenge”, que incita a bajarse de un coche en marcha y bailar solo para grabar un vídeo y colgarlo; el lamentablemente famoso “Ballena Azul”, una secuencia de retos cuya culminación es el suicidio de sus protagonistas; el terrorífico “Momo”, que obliga a seguir las peligrosas indicaciones de una extraña figura recibida por WhatsApp bajo la amenaza de caer en una maldición si no se lleva a cabo; o el más reciente “Bird Box Challenge”, inspirado en la película “Bird Box” que consistía en salir a la calle con los ojos vendados, emulando a la protagonista, y que obligó a la plataforma en la que se exhibe a advertir a los usuarios del peligro que supone emular ese comportamiento.

Por ello, la Policía Nacional y Orange se han unido en una campaña de sensibilización y prevención cuyo objetivo es advertir de los riesgos que puede suponer para los más jóvenes seguir la moda de los llamados retos rivales, cuando estos les exponen a situaciones extremas.

Por un uso «Love» de la Tecnología

Esta campaña de prevención sobre los retos virales se enmarca dentro de la iniciativa “Por un uso Love de la Tecnología”, lanzada en septiembre de 2017 por Orange, para concienciar a jóvenes niños y adultos sobre la importancia de utilizar de forma segura y responsable de la tecnología e invitar a reflexionar sobre las consecuencias de un uso indebido de las mismas, provocando fenómenos como el sexting, el ciberbullying, la incomunicación, el sharenting o la exposición temprana de los menores a contenido adulto.