El Sevilla salió derrotado del Santiago Bernabéu tras perder por 2-0 frente al Real Madrid en el encuentro correspondiente a la kornada 17 de LaLiga EA Sports, en un duelo condicionado por la mayor pegada del conjunto local en los momentos decisivos del partido.

El equipo hispalense compitió durante buena parte del choque, sostuvo el tipo en defensa y trató de mantenerse fiel a su plan, pero se vio superado por un Real Madrid que, sin desplegar su mejor fútbol, supo manejar los tiempos y castigar los errores.

El primer golpe llegó en la recta final de la primera mitad, cuando Jude Bellingham encontró el camino del gol y rompió la igualdad en un momento clave, justo cuando el Sevilla parecía haber estabilizado el encuentro.

Ya en los minutos finales, un penalti transformado por Kylian Mbappé terminó de cerrar un marcador adverso para el Sevilla, que se marchó de Madrid con la sensación de haber resistido, pero sin capacidad real para cambiar el signo del partido.

Desde el inicio, el Real Madrid asumió el mando del encuentro ante su afición, monopolizando la posesión del balón y tratando de instalarse en campo sevillista con continuidad. El ritmo impuesto por los blancos obligó al Sevilla a replegarse y a priorizar el orden defensivo, consciente de las dificultades que suponía conceder espacios en el Bernabéu.

El conjunto de Nervión intentó mantenerse compacto, cerrando líneas interiores y buscando salir con rapidez cuando recuperaba el balón. Sin embargo, las transiciones ofensivas resultaron escasas y poco profundas, lo que impidió al Sevilla generar peligro sostenido sobre la portería rival.

A pesar del dominio territorial del Real Madrid, el partido no se tradujo en un aluvión constante de ocasiones claras durante los primeros minutos. El Sevilla logró resistir con trabajo y concentración, aunque el juego se desarrollaba mayoritariamente en su propio campo. Con el paso de los minutos, la sensación era que el encuentro estaba controlado por los locales, mientras los sevillistas se aferraban al orden táctico para mantenerse con vida en el marcador.

Cuando el partido se acercaba al descanso, el Real Madrid aumentó la intensidad y comenzó a encontrar más facilidad para pisar el área sevillista. Esa insistencia terminó encontrando recompensa en el minuto 38, cuando Jude Bellingham aprovechó una acción ofensiva para batir al guardameta del Sevilla y poner el 1-0 en el marcador.

El gol llegó en un momento especialmente delicado para los visitantes, que habían logrado sostener el empate durante gran parte de la primera mitad. El tanto supuso un golpe anímico importante y obligó al Sevilla a replantearse su estrategia para la segunda parte. Tras el gol, el Real Madrid ganó en confianza y cerró la primera mitad con mayor sensación de control, mientras el Sevilla trataba de recomponerse antes del paso por vestuarios.

El descanso llegó con ventaja blanca y con un Sevilla consciente de que necesitaba un cambio de guion para meterse de nuevo en el partido. Cosa que se empezó a complicar cuando echaron a Almeyda por protestar en el descanso.

Tras la reanudación, el Sevilla intentó dar un paso adelante y mostrar una actitud más ofensiva, con la intención de buscar el empate lo antes posible. No obstante, el Real Madrid supo manejar la situación, bajando el ritmo cuando fue necesario y evitando que los sevillistas encontraran continuidad en ataque.

El partido entró en una fase más espesa, con imprecisiones y disputas en el centro del campo, lo que favoreció a un conjunto local cómodo con el marcador a favor. El Sevilla lo intentaba, pero sus acercamientos carecían de la claridad necesaria para generar verdadero peligro.

La posesión volvió a inclinarse hacia el Real Madrid, que defendía con solvencia y salía con criterio cuando recuperaba el balón. El paso de los minutos jugaba en contra del Sevilla, cada vez más exigido por el reloj. Llegando luego la expulsión de Marcao en el min. 68 por doble amarilla. A pesar del esfuerzo y la entrega, el equipo hispalense no logró traducir su intención en ocasiones claras que pusieran en aprietos al rival.

En el tramo final del encuentro llegó la acción que terminó por decidir definitivamente el partido. El árbitro señaló un penalti a favor del Real Madrid, una jugada que dejó al Sevilla prácticamente sin margen de reacción cuando el choque ya entraba en su recta final.

Kylian Mbappé fue el encargado de asumir la responsabilidad desde los once metros y no falló, anotando el segundo gol en el minuto 86 y ampliando la ventaja en el marcador. El 2-0 supuso un golpe definitivo para el Sevilla, que veía cómo se escapaban sus opciones de puntuar en el Bernabéu. El Real Madrid, con el resultado asegurado, gestionó los últimos minutos sin sobresaltos.

El pitido final confirmó una derrota sevillista que se fraguó en la falta de pegada y en la eficacia del rival en los momentos clave. El Sevilla se marchó del Bernabéu con una sensación amarga, consciente de haber competido durante muchas fases del partido, pero sin haber encontrado la fórmula para alterar el dominio del Real Madrid.

Los blancos, sin necesidad de exhibiciones, sumaron tres puntos importantes en LaLiga, apoyándose en la calidad individual de sus hombres decisivos. Para el conjunto hispalense, el encuentro deja conclusiones claras sobre la necesidad de mejorar en ataque y de ser más contundente cuando se presentan las oportunidades.

La LaLiga continúa y el Sevilla deberá pasar página cuanto antes para centrarse en los próximos compromisos, donde estará obligado a buscar puntos que refuercen su situación en la clasificación.