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La Liga se juega en el Sánchez Pizjuán este sábado. El Madrid llega a Sevilla con la presión de tener al Barcelona a dos puntos y con la certeza de la crudeza de Nervión.

El Sevilla tendrá la difícil tarea de mantener invicto su estadio ante uno de los rivales más duros de la competición casera, el Madrid. Los merengues a buen seguro no bajarán la guardia en ningún momento conscientes de que la lucha por la Liga puede perderse hoy en la capital hispalense. Pero no sólo los de Ancelotti se la juegan, para el conjunto blanquirrojo esta ‘final’ supone mantenerse en el pulso mantenido con el Valencia por la cuarta plaza.

A favor del Sevilla están los 34 partidos o, lo que es lo mismo, 18 meses invictos en casa. Ni el propio Barcelona fue capaz de tambalear los muros de este fortín que hoy tendrá que repetir la hazaña. Un objetivo que el sevillismo debe buscar con más ahínco si cabe tras el tropiezo del Valencia ante el Rayo. El conjunto dirigido por Unai Emery se encuentra en el mejor momento de la temporada y, además, recuperará la potencia y determinación de Vitolo que ha vuelto a ser convocado por el técnico vasco.

Así, se prevén cambios importantes en el once respecto a la última victoria en Eibar, y con las únicas bajas de Beto y Pareja. El técnico guipuzcuano manejará hoy sus mejores bazas a pesar de la proximidad de la visita de la Fiorentina en las semifinales de la Europa League.

El Madrid no se encuentra en una situación mejor. La presión es extrema para los de Ancelotti que se juegan toda la temporada esta semana. Los blancos están a expensas de que el Barcelona pinche para tener a sus pies la Liga mientras también están al tanto de hacer historia en la Champions, siempre y cuando eliminen a la Juventus en las semifinales de la máxima competición europea.

Pero el reto de este sábado es la de conquistar Nervión. A la cita se apunta Bale, recién recuperado de su lesión muscular en su gemelo izquierdo. El entrenador italiano podrá aportar por todos sus titulares. Por su mente pasa repetir el experimento que realizó en la vuelta de cuartos de final de Liga de Campeones ante el Atlético de Madrid, con la presencia de Sergio Ramos en el centro del campo.