El Sevilla, con la obligación de creérselo definitivamente y dar un golpe rotundo, recibe a un correoso Levante que viene de empatar ante el Barcelona.
El del Elche pudo saber a poco, aunque, sin duda por cómo se consiguió in extremis, supo bien. El del Calderón supo a mucho, excelente, delicioso. Pero, objetivamente hablando, el Sevilla viene con un balance de dos de seis puntos posibles en las dos últimas jornadas, disputadas ambas a domicilio eso sí, pero bagaje corto de puntos que sin embargo podría hacerse bueno con una victoria este sábado ante el Levante. La fortaleza en casa es condición indispensable para que un equipo pueda aspirar a los puestos de arriba, de ahí a que se espere esta noche la versión de un Sevilla sólido y autoritario, que mande en todo momento y se quiera imponer desde el principio.
Si el Sevilla, en definitiva, quiere pelear por Europa, debe creérselo en choques como el de esta jornada ante el Levante. Todo eso sin menospreciar a un Levante que como todo equipo que dirige Joaquín Caparrós está trabajadísimo y capacitado para amargar la noche a cualquiera. Sin ir más lejos sólo hay que ver el partido que hizo el pasado domingo ante el Barcelona. Correoso e intenso, el Levante no regala nada, algo que debe tener claro el equipo de Unai.
La victoria, resumiendo, no caerá por si sola, habrá que ir a buscarla, por eso se espera una versión atrevida y convincente del Sevilla que se parezca, por ejemplo, al equipo que tanto gustó ante el Getafe. Es en esta clase de partidos, aparentemente fáciles pero siempre con trampa, donde se atan o se pierden los objetivos. Por eso será fundamenta que el equipo, espoleado por la afición, se lance a por el triunfo sin titubeos y dé un mensaje de fútbol rotundo e ilusionante.