Una victoria esta noche ante el Getafe colocaría al equipo quinto, a sólo tres puntos de la cuarta plaza y con aspiraciones de Champions.
Después de un año irregular en toda regla, el Sevilla tiene este lunes la oportunidad de enderezar de forma definitiva el rumbo. Una victoria colocaría a los nervionenses en puestos europeos y a sólo tres puntos de Champions, dada la idónea concatenación de resultados acaecida este fin de semana. Sin embargo, como bien ha dicho Míchel, no hay que hacer cuentas, sino dar un zarpazo en un estadio tradicionalmente esquivo, pues en el Coliseum Alfonso Pérez el conjunto hispalense sólo ha ganado una vez de sus siete comparecencias en Primera.
Además, ciertamente, la misma ilusión con la que juega el Sevilla tendrá el Getafe, que si gana igualaría al equipo de Míchel y se metería de lleno en la pelea por el objetivo continental. Mucho en juego, por tanto, en un duelo en el que el camino a seguir debe ser indiscutiblemente el de las últimas semanas: un equipo con voluntad de balón y protagonismo, intenso desde el comienzo. En este sentido, la noticia de la retirada de la tarjeta amarilla a Jesús Navas no pudo venir mejor, dado el excelso momento de forma que atraviesa el palaciego, sin duda el hombre de referencia del equipo.
La baja de Palop es, en cambio, otro contratiempo más para un Sevilla que no está teniendo suerte en el capítulo de lesiones pero que no puede escudarse en este aspecto, ni mucho menos, dado lo muchísimo que hay en juego.