Momento en el que Jorge Molina marcaba el 0-1/EFE

Un gol de Jorge Molina y dos de Rubén Castro permitieron remontar al Betis frente a un Getafe que fue un juguete. Ahora toca el Barça en cuartos, ocasión perfecta para llenar las arcas del club.

Paco Cordero de la Villa. Con la eliminatoria cuesta arriba llegó el Betis al Coliseum Alfonso Pérez para jugar la vuelta de los octavos de final ante el Getafe. El día y la hora (la mañana de Reyes) un tanto especial y poco acostumbrados a ello. Pero resultó ser la ocasión idónea para los de Pepe Mel.

El partido empezó con alternativas en el juego por parte de ambos equipos aunque con una ligera ventaja para el Betis. Mosquera, del Getafe, puso el peligro en la portería de Casto con dos buenas ocasiones. Pero el que protagonizaría la primera mitad sería Ustari, el meta local.

La delantera bética formada por Salva Sevilla, Emaná, Rubén Castro y Jorge Molina funcionaba a la perfección pero hasta en seis ocasiones antes del descanso se toparon con el meta argentino. Desde fuera del área, dentro de ella, raso, por el aire, con la zurda, la derecha o la cabeza… Nada conseguía batir la portería del Getafe y así se llegaba al descanso, con muy mala suerte para el Betis.

Esta falta de pegada se vio perjudicada notablemente con la inoportuna lesión de Emaná. En un forcejeo con Pintos salió malparado el camerunés que tuvo que abandonar el terreno de juego en sustitución de Ezequiel.

Fue Jorge Molina el encargado de batir, por fin, a Ustari y consiguió poner justicia en el marcador con un disparo raso desde la frontal. El partido se calmó y una nueva lesión, esta vez de Dorado, pudieron costarle muy caro la eliminatoria. Sin embargo aparecería Rubén Castro para poner el 0-2. De tiro cruzado marcó en el minuto 72’ con lo que el Betis estaba clasificado.

Precisamente este gol despertó al Getafe, desaparecido desde los primeros minutos de la primera parte al igual que su afición. Miku, en dos ocasiones y el Cata Díaz pudieron lograr el tanto local pero se toparon con Casto, que también quiso colaborar con el pase.

El remate a la eliminatoria la puso de nuevo Rubén Castro al final del partido, antes de que Casquero pusiera el 1-3 definitivo en el descuento. Victoria merecida para el Betis que se enfrentará al Barcelona en los cuartos de final de la Copa del Rey, rival perfecto para que Gordillo consiga hacer caja en un momento tan necesitado.

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