En el fútbol se suele decir que los puntos más importantes se consiguen siempre en casa, pero el Real Betis está rompiendo esa regla no escrita a principios de la competición liguera. El conjunto heliopolitano se erige como el único que aún no conoce la derrota como visitante, aun sin Isco y con un ritmo de dos partidos semanales.

Ni las lesiones ni el exigente calendario han podido con el Betis de Manuel Pellegrini fuera de casa hasta ahora. El técnico chileno ha conseguido dar con la tecla para combinar onces con las rotaciones necesarias y que su plantilla mantenga la convicción unánime de tratar de ganar todos los partidos, sin importar el rival que haya delante. Tras jugar en escenarios de la dificultad de Balaídos, el RCDE Stadium o La Cerámica, entre otros, los verdiblancos, después de cinco duelos, todavía no saben lo que es perder a domicilio y son los únicos que lo han logrado en toda la competencia nacional.

La vuelta de futbolistas importantes hace pensar en positivo y lo que parecían dudas a principios del curso, ahora se convierte en ambición. El objetivo real de este Betis debe ser clasificar para la Champions League y para conseguirlo deben seguir por este camino: el de la estabilidad. Bajo las órdenes del Ingeniero, el club se supera año tras año y ese crecimiento lleva a una mayor exigencia por parte de la afición y del propio entrenador, que ha dejado claro en varias ocasiones que renovará si ve que puede aportar más al proyecto en La Palmera, siempre priorizando la progresión de la entidad a su comodidad.