Lo que parecía un acuerdo cerrado para la planificación del Real Betis se ha convertido en un nuevo problema. El traspaso del joven defensor Nobel Mendy al Rangers FC, pactado en 4 millones de euros por el 80% de sus derechos más pluses por rendimiento, se ha caído a última hora, reabriendo un caso que en Heliópolis daban por solucionado.
El jugador tenía previsto viajar a Glasgow el pasado 13 de agosto para firmar su contrato, pero el viaje nunca se produjo. La operación se frustró por una combinación de factores: pequeñas complicaciones surgidas durante el reconocimiento médico y, de forma decisiva, un cambio de parecer del propio futbolista. El motivo de mayor peso residió en la voluntad final del zaguero, pues en las pruebas realizadas en Barcelona, los problemas no eran tan graves como para cancelar el movimiento.
Con todo acordado con el Rangers, el senegalés cambió de opinión en el último instante y comunicó su deseo de permanecer en España, donde considera que tiene un mercado más atractivo para continuar su progresión. Esta decisión de última hora supone un importante revés para el Betis, que contaba con ese ingreso para afrontar otras operaciones en el mercado de fichajes.
La situación de Mendy este verano está siendo particularmente compleja. Cabe recordar que, antes de la opción del Rangers, su fichaje por el PSV Eindhoven también se vio frustrado por problemas burocráticos que le impidieron obtener el permiso de trabajo. Además, el Rayo Vallecano, que se había mostrado como el pretendiente más interesado en España, desistió de su fichaje para firmar a otro central ante las dudas en la negociación.
Ahora, con el mercado en su recta final, el Real Betis se encuentra de nuevo en la casilla de salida con Mendy. La dirección deportiva tendrá que trabajar a contrarreloj para buscarle un nuevo acomodo, previsiblemente en LaLiga, y cerrar así uno de los culebrones más inesperados del verano verdiblanco.